viernes, 13 de marzo de 2020

11. RECIBIRÉIS PODER: PERSONA, PRESENCIA Y OBRA DEL ESPÍRITU SANTO. (EGW). XI. LLENOS DEL ESPÍRITU.


01. EL REAVIVAMIENTO DE PENTECOSTÉS.
Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón. (Hechos 5:12).
Cristo ha hecho provisión para que su iglesia sea un cuerpo transformado e iluminado con la luz del cielo, y para que esté en posesión de la gloria de Emanuel.  Es su propósito que cada cristiano esté rodeado de una atmósfera espiritual de luz y paz.  No hay límite para la utilidad de quien, poniendo a un lado el yo, deja actuar al Espíritu Santo en el corazón y vive una vida enteramente consagrada a Dios.
¿Cuál fue el resultado del derramamiento del Espíritu el día de Pentecostés?  Las buenas nuevas de un Salvador resucitado fueron llevadas hasta lugares distantes del mundo habitado.  Los corazones de los discípulos estaban sobrecargados con una benevolencia tan plena, tan profunda y de tan largo alcance, que los impulsó a ir hasta el fin de la tierra testificando: "Lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo" (Gál. 6: 14).  Al proclamar la verdad tal como es en Jesús, los corazones cedían al poder del mensaje.  La iglesia veía grupos de conversos que se acercaban a ella desde todas direcciones.  Los apóstatas eran reconvertidos.  Los pecadores se unían con los cristianos en la búsqueda de la Perla de gran precio.
Los que habían sido los más crueles opositores del evangelio llegaron a ser sus adalides.  Se cumplió la profecía de que los débiles serán "como David", y la casa de David "como el ángel del Señor". 
Cada cristiano veía en su hermano la semejanza divina de amor y bondad.  Un interés prevalecía.  
Un tema de emulación absorbía a todos los demás.  La única ambición de los creyentes era revelar la semejanza del carácter de Cristo y trabajar para el engrandecimiento de su reino.
Noten que el Espíritu Santo fue derramado sobre los discípulos después de haber cesado las luchas por la posición más elevada.  Al estar unánimes llegaron a la unidad perfecta.  Todas las diferencias habían sido superadas.  Después que el Espíritu les fue dado, el testimonio que se tenía de ellos era el mismo.- Review and Herald, 30 de abril de 1908. 317

02. PROVISIÓN ILIMITADA DE ESPÍRITU MISIONERO.
Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres; tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. 
(Hechos 5:14, 15).
Las últimas palabras de Cristo [a sus discípulos] fueron: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Mar. 16: 15).  Y extendiendo sus manos sobre ellos en actitud de bendición, ascendió al cielo rodeado por las huestes de ángeles celestiales que habían venido a escoltarlo en su camino hacia los portales de Dios.  Esta misión convirtió a sus discípulos en agentes mediante los cuales el evangelio de las buenas nuevas había de llegar a todas las naciones.  Esta fue la última voluntad y testamento de Cristo a sus seguidores que caminaron con él durante los años de su ministerio terrenal, y a los que creerían en él por medio de la palabra de ellos.  Su primera obra en el cielo estuvo en armonía con el último encargo que hizo sobre la tierra.  Les envió la promesa del Padre.  El día del Pentecostés el Espíritu Santo fue derramado sobre los discípulos en oración, y ellos testificaron acerca de su origen adondequiera que iban.
El espíritu misionero fue derramado en provisión ilimitada, y los discípulos testificaron de un Salvador crucificado y resucitado, y convencieron al mundo de pecado, de justicia y del juicio venidero.  Hicieron exactamente lo que el Señor levantado de la tumba les había indicado, y comenzaron a publicar el evangelio en Jerusalén, en el mismo lugar donde existían los prejuicios más profundos, y donde prevalecían las ideas más confusas con respecto al que había sido clavado en la cruz como un malhechor.  Tres mil personas recibieron el mensaje y se convirtieron.  No fueron intimidados por la persecución, la cárcel y la muerte; más bien continuaron hablando con todo denuedo las palabras de verdad, presentando a los judíos la obra, la misión y el ministerio de Cristo, su crucifixión, resurrección y ascensión; y cada día se añadían creyentes -hombres y mujeres- en el Señor.
 Review and Herald, 6 de noviembre de 1894. 318

03. UN NUEVO PENTECOSTÉS.
Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe. (Hechos 6:7).
Como los discípulos, que llenos del poder del Espíritu salieron a proclamar el evangelio, así los siervos de Dios han de salir hoy.  Hemos de realizar la obra del Señor llenos del desinteresado espíritu de dar el mensaje de misericordia a los que están en la oscuridad del error y la incredulidad.  Tenemos que realizar nuestra parte en cooperación con él; también actuará sobre los corazones de los incrédulos para desarrollar su obra en las regiones distantes.  Muchos ya están recibiendo el Espíritu Santo, que despejará el camino bloqueado por la indiferencia descuidada.
¿Por qué se ha registrado la obra de los discípulos, trabajando con santo celo, animados y vitalizados por el Espíritu Santo, si no es para que hoy el pueblo del Señor obtenga inspiración para trabajar fervorosamente por él?  Lo que el Señor hizo por su iglesia en ese entonces, es igualmente esencial que hoy lo haga por su pueblo.  En la actualidad, cada miembro de iglesia ha de hacer lo mismo que realizaron los apóstoles.  Y tenemos que trabajar con tanto o más fervor, para ser bendecidos con una mayor medida del Espíritu Santo, puesto que el crecimiento de la maldad requiere un llamado más decidido al arrepentimiento.
Aquel sobre quien brilla la luz de la verdad presente debe ser conmovido a compasión en favor de los que están en la oscuridad.  Cada creyente ha de reflejar la luz en rayos claros y definidos.  Hoy el Señor espera realizar una obra similar a la que hizo mediante sus mensajeros delegados después del día de Pentecostés.  Cuando el fin de todas las cosas está cerca, el celo de la iglesia actual ¿no debería exceder al de la iglesia primitiva?  El fervor por la gloria de Dios impulsó a los discípulos a dar testimonio de la verdad con gran poder. ¿No debería este mismo celo encender nuestros corazones con un anhelo de contar la historia del amor redentor de Cristo crucificado? ¿No debería revelarse con mayor magnitud el poder de Dios ahora, que en tiempos de los apóstoles? 
Review and Herald, 13 de enero de 1903. 319

04. UNA CONCESIÓN ESPECIAL DE GRACIA ESPIRITUAL.
Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. (Hechos 2:41,42.)
Es cierto que en el tiempo del fin, cuando la obra de Dios en la tierra esté por terminar, los fervientes esfuerzos realizados por los consagrados creyentes bajo la dirección del Espíritu Santo irán acompañados por manifestaciones especiales del favor divino.  Bajo la figura de la lluvia temprana y tardía que cae en los países orientales en el tiempo de la siembra y la cosecha, los profetas hebreos predijeron el derramamiento de la gracia espiritual en una medida extraordinaria sobre la iglesia de Dios.  El derramamiento del Espíritu en los días de los apóstoles fue el comienzo de la lluvia temprana, y gloriosos fueron los resultados.  Hasta el fin del tiempo, la presencia del Espíritu 
ha de morar con la verdadera iglesia.
Pero cerca del fin de la siega de la tierra, se promete una concesión especial de gracia espiritual, para preparar a la iglesia para la venida del Hijo del Hombre.  Este derramamiento del Espíritu se compara con la caída de la lluvia tardía; y los cristianos han de elevar sus peticiones al Señor de la mies "en la estación tardía" en procura de este poder adicional.  En respuesta, "Jehová hará relámpagos, y os dará lluvia abundante" (Zac. 10: 1).  "Hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía" (Joel 2: 23).
A menos que los miembros de la iglesia de Dios tengan hoy una relación viva con la Fuente de todo crecimiento espiritual, no estarán listos para el tiempo de la siega.  A menos que mantengan sus lámparas preparadas y ardiendo, no recibirán gracia adicional en tiempo de necesidad especial. 
Los hechos de los apóstoles, p. 45. 320

05. CONCESIÓN PLENA DEL ESPÍRITU.
Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados.  (Hechos 2: 2).
Cuando el Espíritu Santo descendió el día del Pentecostés, fue como un viento fuerte y poderoso.  
No fue dado con una medida escasa; porque llenó el lugar donde estaban sentados los discípulos. 
Así nos será dado cuando nuestros corazones estén preparados para recibirlo.
Que cada miembro de la iglesia se arrodille delante de Dios y ore sinceramente por el impartimiento del Espíritu Exclamad: "Señor, aumenta mi fe.  Haz que comprenda tu palabra, porque la comprensión de tu palabra proporciona luz.  Refréscame mediante tu presencia.  Llena mi corazón con tu Espíritu para que pueda amar a mis hermanos así como Cristo me ama a mí".
Dios bendecirá a los que así se preparan para el servicio.  Comprenderán qué significa tener la certeza del Espíritu, porque habrán recibido a Cristo por fe.  La religión de Cristo es más que el perdón del pecado; significa que éste es removido y que el vacío lo llena con el Espíritu; que la mente es divinamente iluminada, que el corazón se vacía del yo y es llenado con la presencia de Cristo. 
Cuando la feligresía realice esta obra, la iglesia será viva y activa.
Debemos tratar más fervientemente de ser de una misma mente y un mismo propósito. Únicamente el bautismo del Espíritu Santo puede llevarnos a lograr este objetivo.  Como resultado del renunciamiento propio preparemos nuestro corazón, a fin de recibir el Espíritu Santo para que se pueda hacer por nuestro intermedio una gran obra, de modo que no digamos: "Miren lo que estoy haciendo", 
sino: "Miren la bondad y el amor de Dios"...
Podemos hablar de las bendiciones del Espíritu Santo, pero, a menos que nos preparemos para su recepción, ¿de qué valen nuestras obras? ¿Nos estamos esforzando con todas nuestras fuerzas para alcanzar la estatura de hombres y mujeres en Cristo? ¿Estamos buscando su plenitud, avanzando siempre hacia la meta puesta delante de nosotros: el perfecto carácter de Jesús?
Review and Herald, 10 de junio de 1902. 321

06. NO HAY UN TIEMPO ESPECÍFICO.
Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo. (Marcos 13: 33).
Quiera Dios que su poder convertidor se sienta en toda esta gran asamblea.  Oh, que el poder de Dios descanse sobre el pueblo.  Lo que necesitamos es practicar diariamente la piedad.  
También necesitamos escudriñar las Escrituras y orar fervientemente para que el poder del Espíritu Santo de Dios nos adiestre para ocupar nuestro lugar en su viña.  Nadie estará preparado para educar y fortalecer a la iglesia a menos que haya recibido el don del Espíritu Santo.  Ningún ministro estará adiestrado para trabajar inteligentemente por la salvación de las personas a menos que esté dotado del Espíritu Santo, se alimente de Cristo y tenga un intenso odio por el pecado...
No tengo ningún tiempo específico del cual hablar respecto de cuándo se efectuará el derramamiento del Espíritu Santo, y descienda del cielo el ángel poderoso para unirse con el tercer ángel en la terminación de la obra en este mundo.  Mi mensaje es que nuestra única seguridad radica en estar listos para el refrigerio celestial, con nuestras lámparas despabiladas y encendidas.  Cristo nos ha dicho que velemos "porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que no pensáis" (Mat. 24: 44). "Velad y orad" es la consigna que nos da nuestro Redentor.  Día tras día debemos buscar la inspiración del Espíritu de Dios para que realice en la vida y el carácter la obra que le incumbe. ¡Oh, cuánto tiempo se ha malgastado prestando atención a cosas baladíes!  "Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio"
 (Hech. 3: 19).
Ahora insto para que cada uno se entregue al servicio de Dios.  Demasiado tiempo han entregado sus facultades al servicio de Satanás, y han sido esclavos de su voluntad.  Dios los llama a contemplar la gloria de su carácter, para que por la contemplación lleguen a ser transformados a su imagen... Jesús vino para revelar al mundo el amor y la bondad de Dios. -Review and Herald, 29 de marzo de 1892. 322

07. SIN EXCITACIÓN.
Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, 
¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?  
Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, 
que el Padre puso en su sola potestad.  (Hechos 1: 6, 7).
Los discípulos sentían deseos de conocer el tiempo exacto de la revelación del reino de Dios; pero Jesús les dijo que no les era permitido conocer los tiempos y las sazones, pues el Padre no lo había revelado.  Saber cuándo se iba a restaurar el reino de Dios no era lo más importante.  Su tarea era seguir al Maestro, orando, esperando, velando y trabajando.  Debían ser los representantes del carácter de Cristo ante el mundo. Lo que para una vida cristiana llena de éxito era esencial en los días de los discípulos, también lo es en nuestros días.  
"Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo". ¿Y que debían hacer después del descenso del Espíritu?  "Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hech. 1:7,8).
Esta es también la obra en la cual nosotros debemos ocuparnos.  En vez de vivir en la expectativa de alguna sazón o tiempo especial de conmoción, debemos aprovechar sabiamente las oportunidades presentes, realizando ahora lo que debe hacerse para que la gente pueda ser salva.  En lugar de consumir las facultades mentales en especulaciones acerca de los tiempos y las sazones que el Señor ha puesto en su sola potestad, y que no ha revelado a los hombres, debemos rendimos a la influencia del Espíritu Santo para cumplir con nuestros deberes actuales, a fin de dar el pan de vida, no adulterado con las opiniones humanas, a los pecadores que están pereciendo por desconocer la verdad.
Satanás siempre está preparado para llenar la mente con teorías y cálculos que desvíen a los hombres de la verdad presente y los incapacite para dar al mundo el mensaje del tercer ángel.
 Review and Herald, 22 de marzo de 1892. 323

08. EN FORMAS INESPERADAS.
Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros:
 ¿Qué quiere decir esto? (Hechos 2: 12).
Hemos de orar por el derramamiento del Espíritu como remedio para las personas enfermas de pecado.  La iglesia necesita convertirse, y, como sus representantes, ¿por qué no hemos de postramos ante el trono de la gracia con un corazón quebrantado y un espíritu contrito, a fin de suplicar fervientemente que el Espíritu Santo sea derramado sobre nosotros?  Oremos para que cuando bondadosamente sea otorgado, nuestros fríos corazones sean reavivados, y como resultado podamos tener el discernimiento para comprender que proviene de Dios y lo recibamos con gozo.
Algunos han tratado al Espíritu como a un huésped indeseado, rehusando recibir el rico don, negándose a reconocerlo, apartándose de él y condenándolo como fanatismo.  Cuando el Espíritu Santo obra en el agente humano, no nos pregunta de qué manera deberá actuar.  A menudo procede de maneras inesperadas.  Cristo no llegó como lo esperaban los judíos.  No vino para glorificarlos como nación. 
Su precursor se presentó para prepararle el camino, llamando a la gente a arrepentirse de sus pecados, a convertirse y a ser bautizada.  El mensaje de Cristo era: "El reino de Dios se ha acercado; 
arrepentíos y creed en el evangelio" (Mar. 1: 15).
Los judíos rehusaron recibir a Cristo porque no apareció en armonía con sus expectativas.  
Por la mucha experiencia que tenían, las ideas de los hombres fueron tenidas por infalibles.  
Este es el peligro al cual está expuesta la iglesia: que las invenciones de seres finitos señale la manera precisa como ha de venir el Espíritu Santo.  Aunque no quieran reconocerlo, algunos ya han hecho esto.  Y como el Espíritu ha de venir, no para alabar a los hombres o para vigorizar sus teorías equivocadas, sino para reprochar al mundo de pecado, de justicia y de juicio,
 muchos se apartarán de él... 
El Espíritu Santo no adula a nadie, ni hace su obra de acuerdo con los planes de hombre alguno.
Los hombres finitos y pecadores no conducirán al Espíritu Santo.  Mediante cualquier agente humano que Dios elija para reprender, la posición del hombre es escuchar y obedecer su voz.
EGW 1888 Materials, pp.1540, 1541. 324

09. A PERSONAS INESPERADAS.
Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. 
Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día.  Mas esto es lo dicho por el profeta Joel.  (Hechos 2: 14-16).
El bautismo del Espíritu Santo, tal como en el día de Pentecostés, conducirá a un reavivamiento de la religión verdadera y a la realización de muchas obras maravillosas.  Seres celestiales vendrán entre nosotros, y los hombres hablarán según sean impulsados por el Espíritu Santo de Dios. 
Pero si el Señor obrase sobre los hombres como lo hizo en el día de Pentecostés y después, muchos, que ahora pretenden creer en la verdad, conocerían tan poco de la forma como obra el Espíritu Santo, que exclamarían: "¡Cuidado con el fanatismo!" De los que estén henchidos por el Espíritu Santo dirían: "Estos hombres están llenos de mosto".
No está lejano el tiempo cuando las personas necesitarán una relación mucho más estrecha con Cristo, una unión mucho más cercana con su Santo Espíritu, que la que han tenido o que tendrán, a menos que depongan su voluntad y sus métodos, y se sometan a la voluntad y los métodos de Dios.  
El gran pecado de los que profesan ser cristianos es que no abren el corazón para recibir el Espíritu Santo.  Cuando los creyentes anhelan tener a Cristo, y procuran unirse con él, entonces los que están contentos con una mera forma de piedad, exclaman: "Sed cuidadosos y no vayáis a los extremos".  Cuando los ángeles del cielo vengan entre nosotros, y obren mediante los instrumentos humanos, entonces habrá conversiones firmes y substanciales, en forma parecida a las que ocurrieron después del día de Pentecostés.
Ahora, hermanos, tened cuidado de no caer en un proceso de excitación humana y de no crearlo.  Pero si bien es cierto que deberíamos ser cuidadosos para no caer en un proceso de excitación humana, no deberíamos encontrarnos entre quienes cuestionan la obra del Espíritu de Dios y alientan dudas con respecto a ella, porque habrá quienes formularán objeciones y críticas cuando el Espíritu de Dios se posesione de los seres humanos, debido a que sus propios corazones no han sido conmovidos, sino que se encuentran fríos e insensibles.- Mensajes selectos, t. 2, pp. 65, 66. 325

10. COMO DIOS QUIERE.
Respondió Nicodemo, y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?  Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?  De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.  Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?  (Juan 3: 9-12).
A un costo infinito se ha hecho provisión para que los hombres alcancen la perfección del carácter cristiano.  Los que han sido impresionados por las Sagradas Escrituras como la voz de Dios, y desean seguir sus enseñanzas, tienen que aprender todos los días, y recibir fervor y poder espiritual que le será provisto diariamente a cada verdadero creyente mediante el don del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo es un agente libre, activo e independiente.  El Dios del cielo usa su Espíritu Santo como le place; y las mentes humanas, el juicio humano y los métodos humanos no pueden poner límites a su actuación, ni prescribir el canal mediante el cual ha de actuar, como tampoco es posible ordenarle al viento: "Te pido que soples en cierta dirección, y que te conduzcas de tal o cual manera".  Como el viento sopla con fuerza, y a su paso dobla y quiebra árboles altos, así el Espíritu Santo influye sobre los corazones humanos, y ningún hombre finito puede limitar su obra...
Nicodemo no estaba dispuesto a admitir la verdad, porque no comprendía todo lo que estaba relacionado con la actuación del poder de Dios; sin embargo, aceptó los hechos de la naturaleza, aunque no podía explicarlos ni comprenderlos.  Como otros hombres de todas las edades, pensaba que la fidelidad en las ceremonias y prácticas eran más esenciales para la religión 
que la profunda obra del Espíritu de Dios...
La fuente del corazón debe ser purificada antes que las corrientes puedan manar puras.  No hay seguridad para quien tiene una religión meramente legal, una forma de piedad.  La vida del cristiano no es una modificación o mejora de la antigua, sino una transformación de la naturaleza.  Hay una muerte al yo y al pecado, y una vida totalmente nueva.  Este cambio puede ser producido sólo por la eficiente obra del Espíritu Santo.- Signs of the Times, 8 de marzo de 1910. 326

11. A VECES, LA MAQUINARIA HUMANA ES PUESTA A UN LADO.
Entonces viendo el denuedo de Pedro y Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.  (Hechos 4: 13).
Si abrimos nuestra puerta a Jesús, él entrará y habitará en nosotros.  Nuestra fortaleza siempre será reforzada por su representante real, el Espíritu Santo. La verdad es un principio viviente creado para brillar con preciosa claridad en el entendimiento, y entonces, sólo entonces es tiempo de hablar las palabras del Cristo viviente. "Porque nosotros somos colaboradores de Dios" (1 Cor. 3: 9).
Bajo la lluvia tardía, a veces serán puestas a un lado las invenciones del hombre y la maquinaria humana.  Las fronteras de la autoridad del hombre serán como cañas quebradas, y el Espíritu Santo hablará mediante el vivificado agente humano con poder convincente.  Ninguno vigilará para ver si las frases están bien expresadas y si la gramática es intachable.  El agua viva fluirá por los propios canales de Dios... Estoy segura de que hay un cielo lleno de los tesoros más ricos y duraderos que serán concedidos libremente a todos los que se apropien de ellos, y que, una vez enriquecidos, sus seguidores los impartirán libremente a otros.  Yo sé que esto es verdad.
Necesitamos obtener una rica experiencia de oración diaria.  Deberíamos ser como la viuda importuna, quien, en su necesidad consciente, se sobrepuso al juez injusto por la simple fuerza de la determinación de sus súplicas.  A Dios debemos pedirle que haga lo mismo por nosotros; esto dará profundidad y solidez a nuestra experiencia.  El creyente que busca a Dios debe ser ferviente.  
El recompensa a todos los que lo buscan diligentemente.
Queremos que la verdad sea comunicada a los corazones humanos por hombres que hayan sido bautizados con el santo amor por Cristo, y comprados por el precio de su sangre, creyentes que hayan sido ellos mismos cabalmente impresionados con la verdad que están presentando a otros, creyentes que la practiquen en su propia vida. - The General Conference Bulletin, 15 de febrero de 1895. 327

12. RECHAZADO CON FRECUENCIA.
Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús.  Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.  (Hechos 4: 18-20).
La promesa del Espíritu Santo fue la esperanza más brillante y el consuelo más fuerte que Cristo dejó a sus discípulos cuando ascendió al cielo.  Las verdades de la Palabra de Dios habían sido sepultadas bajo los escombros de las malas interpretaciones; las máximas de los hombres, y los dichos de seres finitos habían sido exaltados por sobre la palabra del Dios viviente.  Bajo el poder iluminador del Espíritu Santo, los apóstoles separaron la verdad de las teorías falsas, y dieron al pueblo la palabra de vida.
Con frecuencia el Espíritu Santo es rechazado porque se presenta de maneras inesperadas.  Aunque a los sacerdotes y gobernantes judíos se les había dado incontables evidencias de que los apóstoles hablaban y actuaban bajo la inspiración divina, ellos siguieron resistiendo firmemente el mensaje de verdad.  Cristo no había venido en la forma como lo esperaban; y aunque a veces estaban convencidos de que era el Hijo de Dios, ahogaron esa convicción, y llegaron así a estar más ciegos y endurecidos que antes.  Crucificaron a Jesús.  Sin embargo, Cristo, en su misericordia, les dio evidencias adicionales por intermedio de las obras realizadas por los discípulos.  Envió a sus siervos para decirles lo que habían hecho, y aun en la terrible acusación de haber matado al Príncipe de la vida les hizo otro llamado al arrepentimiento.  Al sentirse seguros en su propia justicia, los maestros judíos no estaban preparados para admitir que esos hombres, que los habían reprendido por crucificar a Cristo, estaban hablando por indicación del Espíritu Santo...
La ira de Dios no sobreviene contra los hombres meramente por causa del pecado que cometieron, sino porque eligieron continuar en una actitud de resistencia y, además, porque repitieron las faltas del pasado, a pesar de la luz y las evidencias que se les dio.  Si los dirigentes judíos se hubieran sometido, habrían sido perdonados; pero estaban decididos a no ceder.  De la misma manera hoy, el pecador, por una resistencia continuada, se coloca donde no conoce otra actitud que la resistencia.
Cada acto de resistencia hace más difícil la entrega.
Signs of the Times, 27 de septiembre de 1899. 328

13. CUIDADO CON LA RESISTENCIA.
Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, los intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad.  Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. (Hechos 5: 40, 41).
Cuando Dios actúa sobre los corazones de los hombres para atraerlos a Cristo, parece que una fuerza impulsara los insta a creer y a entregarse a la influencia del Espíritu de Dios.  Pero, si no mantienen la preciosa victoria que Dios les dio, y permiten que revivan prácticas y hábitos antiguos, y se entregan a las diversiones o al lujo mundanal; y además, si descuidan la oración y cesan de resistir al mal, aceptarán las tentaciones de Satanás, y entonces serán conducidos a dudar de la realidad de su experiencia anterior.  Encontrarán que son débiles en poder moral, y Satanás les dirá que no vale la pena tratar de intentar vivir una vida cristiana.  También les dirá: "La experiencia que pensaron que era de Dios fue sólo el resultado de una emoción e impulsos excesivos".
Tan pronto como el agente humano piensa en estas sugerencias del maligno, comienza a parecerle plausible; entonces, los que debieran saber mejor, los que han tenido más experiencia en la obra de Dios, siguen las sugerencias de Satanás y, como consecuencia, el Espíritu Santo es entristecido hasta alejarse del creyente.  Algunos llegan a esta posición casi imperceptiblemente y se recuperarán inmediatamente cuando se den cuenta de lo que están haciendo; pero hay otros que continúan resistiendo al Espíritu Santo, hasta que la resistencia les parece una virtud.
Es peligroso dudar de las manifestaciones del Espíritu Santo; porque si se duda de él, no queda en reserva otro poder mediante el cual se pueda obrar sobre el corazón humano.  Los que atribuyen la obra del Espíritu Santo a agentes humanos, diciendo que una influencia indebida los presionó, están separándose de la fuente de bendiciones.- Review and Herald, 13 de febrero de 1894. 329

14. NO ES UNA EMOCIÓN NI UN RAPTO.
Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos.  Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios. (2 Corintios 4: 1, 2).
Hermano mío, hay peligro para los que en nuestras filas cometen un error con respecto a recibir el Espíritu Santo.  Muchos suponen que una emoción o un rapto de sentimientos son evidencias de la presencia del Espíritu Santo.  Hay peligro de que los sentimientos correctos no sean comprendidos, y que las palabras de Cristo: "Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado"
 (Mat. 28: 20), pierdan su valor.  Hay peligro de que las propias invenciones e imaginaciones supersticiosas ocupen el lugar de las Escrituras.  Digan a nuestro pueblo: No estén ansiosos de introducir algo no revelado en la Palabra.  Manténganse cerca de Cristo.  Recuerden sus palabras: "Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mat. 28: 20).
Él está con nosotros mientras enseñamos las palabras que él habló, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento.  Quien dio los mandamientos en el Nuevo Testamento es el mismo que impartió la instrucción contenida en el Antiguo Testamento.  El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento son sagrados; porque ambos contienen las palabras de Cristo.  Desde la caída de Adán, toda comunicación del cielo a la tierra ha venido por medio de Cristo.  El que cree la instrucción contenida en el Nuevo Testamento y en el Antiguo Testamento, haciendo las cosas que Cristo ordenó en ellos, tiene al Salvador siempre consigo.
Los apóstoles, los profetas y los santos hombres del pasado no perfeccionaron sus caracteres por medio de milagros, o por alguna demostración maravillosa y fuera de lo común, sino que usaron la capacidad que Dios les dio, confiando sólo en la justicia de Cristo.  
Todos los que usen esos medios obtendrán los mismos resultados.
Satanás desea que cada transgresor de la ley de Dios pretenda ser santo.  Se siente satisfecho cuando los hombres basan su fe en doctrinas espurias y en un simple entusiasmo religioso; 
así puede usarlos para engañar a otras personas. 
The General Conference Bulletin, 1º de julio de 1900. 330

15. NI EXCITACIÓN NI SENSACIONALISMO.
Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, 
y no tenga nada malo que decir de vosotros  (Tito 2: 7, 8).
El Señor tiene una obra para que ustedes realicen y, si escuchan su voz, no quedarán en la oscuridad.  El Salvador dice: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen".  "Más al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños" (Juan 10: 27, 5).  Estoy segura de que el Señor les está revelando la perfección y plenitud de la obra expiatoria, para que el corazón se llene con amor y gratitud, a fin de que puedan revelar a otros lo que el Señor les está manifestando.  
Como resultado, la imagen de Cristo grabada sobre el corazón será reflejada día tras día en el carácter y en la vida práctica, porque representamos a un Salvador personal.
Se promete el Espíritu Santo a todos los que lo pidan.  Cuando escudriñan las Escrituras, el Espíritu Santo está a su lado, representando a Jesucristo.  La verdad es un principio viviente que hace brillar al entendimiento con preciosa claridad, y entonces, sólo entonces, es tiempo de hablar las palabras del Cristo viviente.  "Somos colaboradores de Dios".  Cristo dijo a la mujer de Samaria: "Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber;  tú le pedirías, y él te daría agua viva... una fuente de agua que salte para vida eterna" (Juan 4: 10, 14).
Los que tienen la efusión del evangelio de Cristo, que proviene del corazón imbuido de su Espíritu Santo comunicarán luz, consuelo y esperanza a los corazones que tienen hambre y sed de justicia. 
No es excitación lo que deseamos crear, sino una consideración seria y profunda, para que los que oyen hagan un trabajo sólido, real, firme y genuino que durará tanto como la eternidad.  No tenemos hambre de excitación, de lo sensacional; cuanto menos tengamos de esto, tanto mejor.  
El razonamiento sereno y ferviente sobre las Escrituras es precioso y fructífero.  Aquí está el secreto del éxito: predicar a un Salvador personal y viviente en una forma tan sencilla y sincera que la gente pueda ser capaz de aferrarse por fe al poder de la Palabra de vida.
 Letter W102, 1894 (The Paulson Collection, pp. 101, 102). 331

16. NO BUSQUEMOS ORIGINALIDAD.
Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina.  (Tito 2: 1).
Estamos en continuo peligro de ponemos por encima de la sencillez del evangelio.  En muchos hay un intenso deseo de sorprender al mundo con algo original, algo que arrebate a la gente a un estado de éxtasis espiritual y cambie el orden actual de lo que se conoce.  Hay, sin duda, gran necesidad de un cambio, pues la santidad de la verdad presente no se comprende como es debido; pero lo que necesitamos es una transformación del corazón que sólo se puede obtener buscando individualmente la bendición de Dios, e implorando en busca de su poder y orando fervientemente para que su gracia venga sobre nosotros a fin de que nuestros caracteres puedan ser transformados.  Este es el cambio que necesitamos, y para lograr esta experiencia debemos utilizar energía perseverante y manifestar sincero fervor; debemos preguntar con verdadera sinceridad: ¿Qué debo hacer para ser salvo?  Tenemos que saber con exactitud qué pasos estamos dando hacia el cielo.
Cristo dio a sus discípulos verdades cuya anchura, profundidad y valor poco apreciaban y ni siquiera comprendían; ahora existe la misma condición entre el pueblo de Dios.  También hemos fracasado en comprender la grandeza y en percibir la belleza de la verdad que Dios nos ha confiado.  Si avanzáramos en conocimiento espiritual, veríamos que la verdad se desarrolla y ensancha en formas que ni siquiera hemos soñado, pero nunca en alguna forma que nos induzca a imaginar que podemos conocer los tiempos y las sazones que el Padre ha puesto en su sola potestad.
Vez tras vez he sido amonestada en cuanto a fijar fechas.  Nunca más habrá un mensaje para el pueblo de Dios que se base en períodos fijos de tiempo.  Tampoco sabremos el tiempo definido para el derramamiento del Espíritu Santo o para la venida de Cristo.
Review and Herald, 22 de marzo de 1892. 332

17. SIN DESORDENES NI FANATISMO.
Retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen.  (Tito 1: 9).
Existe el peligro constante de ir en pos de algo que llega a nuestro medio y que consideramos como la actuación del Espíritu Santo, pero que en realidad es el fruto del espíritu de fanatismo.  
Mientras permitamos que el enemigo de la verdad nos conduzca por el camino equivocado, no podremos esperar alcanzar con el mensaje del tercer ángel a los que son sinceros de corazón.  Debemos ser santificados mediante la obediencia a la verdad.  Temo todo lo que tienda a apartar la mente de la sólida evidencia de la verdad como está revelada en la Palabra de Dios.  Temo eso; repito que lo temo.  Debemos colocar nuestras mentes dentro de los límites de la razón, para que el enemigo no se introduzca y trastorne el orden de las cosas.  Hay personas de temperamento excitable que fácilmente son conducidas al fanatismo, y sí permitiésemos que en nuestras iglesias se introdujera alguna cosa que indujese a error a tales personas, pronto veríamos esos errores desarrollarse en toda su extensión, y entonces, debido a la conducta de estos elementos desordenados, toda la organización adventista quedaría manchada por un baldón.
He estado estudiando la manera de publicar otra vez algunas de estas experiencias, de modo que un mayor número de nuestros hermanos pueda recibir la información necesaria, porque sé desde hace mucho tiempo que el fanatismo volverá a manifestarse en diferentes formas.  Debemos fortalecer nuestra posición estudiando intensamente la Palabra, y evitando todas las rarezas y los ejercicios extraños que con mucha rapidez algunas personas aceptarán y practicarán.  Si permitiésemos que la confusión se introdujera en nuestras filas, no podríamos afirmar nuestra obra en la forma debida...
Siento mucho temor de que se introduzca entre nuestro pueblo cualquier cosa de naturaleza fanática.  Hay muchísimos que deben ser santificados, pero deben serio mediante la obediencia al mensaje de verdad. Mensajes selectos, t. 2, pp. 49-51. 333

18. LA OBRA DE DIOS CARACTERIZADA POR LA SERENIDAD.
Pero hágase todo decentemente y con orden  (1 Corintios 14: 40).
Encontré a un hombre y a su esposa que afirmaban obedecer la Palabra de Dios y creer en los testimonios.  Habían tenido una experiencia inusitada durante los dos o tres años pasados.  
Parecían ser gente sincera... Dije a este hermano y a su esposa que la experiencia que yo había tenido en mi juventud, poco después de transcurrida la fecha 1844, me había conducido a ser sumamente precavida en la aceptación de cualquier cosa parecida a lo que en aquel tiempo enfrentamos  y reprochamos en el nombre del Señor.
No podría infligirse un daño mayor a la obra de Dios en esta época que el que le causaríamos si permitiésemos que se introdujera en nuestras iglesias un espíritu de fanatismo acompañado por conductas extrañas, que se considerarían equivocadamente como la obra del Espíritu de Dios.
A medida que este hermano y su esposa referían sus experiencias, que ellos pretendían haber tenido como resultado de haber recibido el Espíritu Santo con poder apostólico, tuve la impresión de que se trataba de una copia de aquello a lo cual habíamos tenido que hacer frente 
y corregir en nuestros primeros días de existencia.
Hacia el final de nuestra entrevista, el Hno.  L propuso que oráramos juntos, pensando que posiblemente durante la oración su esposa experimentaría aquello que me habían descrito, y que entonces yo estaría en condiciones de discernir si eso procedía del Señor o no.  No pude consentir en ello, porque se me ha indicado que cuando una persona ofrece exhibir tales manifestaciones peculiares, eso constituye una clara evidencia de que no se trata de la obra de Dios.
No debemos permitir que estos incidentes nos desanimen.  De tiempo en tiempo nos veremos frente a casos tales.  No demos dar lugar a ejercicios extraños que alejan la mente de la dirección profunda del Espíritu Santo.  La obra de Dios se ha caracterizado siempre por la serenidad y la dignidad. 
No podemos permitirnos aprobar ninguna cosa que produzca confusión y debilite nuestro fervor con respecto a la gran obra que Dios nos ha encomendado realizar en el mundo, a fin de prepararlo para la segunda venida de Cristo.- Mensajes selectos, t. 2, pp. 47, 48. 334

19. UNA REVOLUCIÓN ESPIRITUAL.
Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura,
 para ganar a Cristo (Filipenses 3: 8).
Mediante Cristo, el poder moral se pone al alcance del hombre cambiando todos sus afectos, y permitiéndole trabajar con toda voluntad por la causa de Dios.  Mientras que anteriormente todo el poder de la mente y el cuerpo estaban concentrados en realizar las obras del mal, ahora se produce una revolución por efecto del Espíritu de Dios.  Ilumina, renueva y santifica la mente.  Los ángeles contemplan con asombro inexpresable los resultados de la actuación del Espíritu Santo en el hombre.
Gracias a la revelación del atrayente amor de Cristo, y en virtud del conocimiento de su amor expresado mientras aún éramos pecadores, el terco corazón es ablandado y subyugado; el pecador se transforma y llega a ser un hijo de Dios.  El amor es el instrumento que Dios utiliza para expulsar el pecado del alma humana.  Mediante él cambia el orgullo en humildad, la enemistad e incredulidad en amor y fe.  
No emplea medidas apremiantes.  Jesús se revela al creyente, y si éste mira con fe al Cordero de Dios, vivirá...
Cristo se presenta a los hombres para que puedan captar su temperamento, su perfección.  Así como el modelo es completo y perfecto en cada parte, del mismo modo el hombre, a medida que se transforma a la imagen de Cristo, se hace completo en él; porque separados de Jesús nunca puede haber justicia en el corazón humano.
Cuando el Espíritu descendió desde lo alto, la iglesia fue inundada con luz, pero Cristo era la luz; la iglesia fue llena de gozo, pero Cristo era el tema de ese gozo.  En estos días, cuando el Espíritu sea derramado sobre la gente, el nombre de Cristo estará en cada lengua y su amor llenará cada corazón.  Cuando el corazón abrace a Cristo, abrazará a Dios, porque toda la plenitud de Dios habita en Cristo.  Cuando los rayos de la justicia de Cristo brillen en el creyente, el gozo, la adoración y la gloria se entretejerán con su experiencia.- Signs of the Times, 9 de junio de 1890. 335

20. TRAE PAZ Y GOZO.
Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo  (Romanos 15: 13).
Mucho se dice con respecto al derramamiento del Espíritu Santo, y algunos lo interpretan de tal manera que produce daño a la iglesia.  La vida eterna es recibir los elementos vivientes de las Escrituras y hacer la voluntad de Dios.  Esto es comer la carne y beber la sangre del Hijo de Dios.  Para aquellos que hacen esto, la vida y la inmortalidad son traídas a la luz mediante el evangelio, porque la Palabra de Dios es verdad y realidad, espíritu y vida.  Es el privilegio de todos los que creen en Jesucristo como su Salvador personal alimentarse de la Palabra de Dios.  La influencia del Espíritu Santo entrega esa Palabra, la Biblia, como una verdad inmortal, y, para el que investiga con oración, provee tendones y músculos espirituales.
"Escudriñad las Escrituras", declaró Cristo, "porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí" (Juan 5: 39).  Los que cavan por debajo de la superficie descubrirán escondidas las gemas de verdad.  El Espíritu Santo está presente con el investigador ferviente.  Su iluminación brilla sobre la Palabra, y fija la verdad sobre la mente con una importancia nueva y fresca.  El investigador se llena con paz y gozo como nunca lo había sentido.  Percibe la preciosura de la verdad más que nunca.  Una nueva luz celestial brilla sobre la verdad iluminándola como si cada letra estuviera enmarcada con oro.  Dios mismo habla a la mente y al corazón, transformando la Palabra en espíritu y en vida.
Cada verdadero investigador de la Palabra eleve su corazón a Dios implorando la ayuda del Espíritu.  Pronto descubrirá aquello que lo elevará por sobre todas las declaraciones ficticias de los pretendidos maestros, cuyas teorías débiles y vacilantes no son apoyadas por la Palabra del Dios viviente. Manuscript Releases, t. 2 1, pp. 131, 132. 336

21. DEMANDA UNA ALABANZA GOZOSA.
Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!  (Filipenses 4: 4).
Orad, orad fervientemente y sin cesar, pero no os olvidéis de alabar a Dios.  Incumbe a todo hijo de Dios vindicar su carácter.  Podéis ensalzar a Jehová; podéis mostrar el poder de la gracia sostenedora.  Hay multitudes que no aprecian el gran amor de Dios ni la compasión divina de Jesús.  
Miles consideran con desdén la gracia sin par manifestada en el plan de redención.  Todos los que participan de esa gran salvación no son inocentes al respecto.  No cultivan corazones agradecidos.  Pero el plan de la redención es un tema que los ángeles desean escudriñar; será la ciencia y el canto de los redimidos a través de las edades sin fin de la eternidad. ¿No es digno de reflexión y estudio cuidadoso ahora? ¿No alabaremos a Dios con corazón, alma y voz por sus "maravillas para con los hijos de los hombres" (Sal. 107: 8)?
Alabemos al Señor en la congregación de su pueblo.  Cuando la palabra del Señor fue dirigida antiguamente a los hebreos, la orden fue: "Y diga todo el pueblo, Amén".  Cuando el arca del pacto fue traída a la ciudad de David, y se cantó un salmo de gozo y triunfo, "dijo todo el pueblo, Amén: y alabó a Jehová" (Sal. 106: 48; 1Crón. 16: 36).  Esta ferviente respuesta era evidencia de que comprendían la palabra hablada, y participaban en el culto de Dios.
Hay demasiado formalismo en nuestros servicios religiosos.  El Señor quiere que sus ministros prediquen la palabra vivificada por su Espíritu Santo; y los hermanos que oyen no deben permanecer sentados en indiferencia soñolienta, o mirar vagamente en el vacío, sin responder a lo dicho.  
La impresión que ello da al que no es creyente, es desfavorable para la religión de Cristo.  Estos profesos cristianos negligentes no están destituidos de ambiciones y celo cuando se dedican a negocios mundanales; pero las cosas de importancia eterna no los mueven profundamente.  La voz de Dios, expresada por medio de sus mensajeros, puede parecerles un canto agradable, pero desoyen sus sagradas amonestaciones, reprensiones y estímulos.  El espíritu del mundo los ha paralizado.  
Las verdades de la Palabra de Dios se dirigen a oídos de plomo y corazones duros, sobre los que no pueden hacer impresión.  Debiera haber iglesias despiertas y activas para animar y sostener a los ministros de Cristo, y para ayudarles en la obra de salvar almas.  Donde la iglesia ande en la luz, habrá siempre alegres y cordiales respuestas, y palabras de alabanza gozosa.
 Joyas de los testimonios, t. 2, pp. 110-112. 337

22. EL AMOR FRATERNAL SE EXPRESA.
Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común (Hechos 4: 32).
El relato declara: "No había entre ellos ningún necesitado", y dice cómo se suplía la necesidad.  
Los creyentes que tenían dinero y posesiones los sacrificaban gozosamente para hacer frente a la emergencia.  Al vender sus casas o sus tierras, traían el dinero y lo ponían a los pies de los apóstoles, y "se repartía a cada uno según su necesidad" (Hech. 4: 34, 35).
Esta generosidad de parte de los creyentes era el resultado del derramamiento del Espíritu. 
Los conversos al Evangelio eran "de un corazón y un alma".  Un interés común los dominaba, a saber, el éxito de la misión que se les había confiado; y la codicia no tenía cabida en su vida.  Su amor por los hermanos y por la causa que habían abrazado superaba su amor al dinero y sus bienes.  Sus obras testificaban que consideraban las almas de los hombres más preciosas que las riquezas terrenales.
Así será siempre que el Espíritu de Dios tome posesión de la vida.  Aquellos cuyos corazones están llenos del amor de Cristo seguirán el ejemplo de Aquel que por amor a nosotros se hizo pobre a fin de que por su pobreza fuésemos enriquecidos.  El dinero, el tiempo, la influencia, todos los dones que han recibido de la mano de Dios, los estimarán solamente como un medio de promover la obra del evangelio.  Así sucedía en la iglesia primitiva; y cuando en la iglesia de hoy se vea que por el poder del Espíritu los miembros han apartado sus afectos de las cosas del mundo, y que están dispuestos a hacer sacrificios a fin de que sus semejantes puedan oír el evangelio, las verdades proclamadas tendrán una influencia poderosa sobre los oyentes.- Los hechos de los apóstoles, pp. 59, 60. 338

23. MUESTRA LIBERALIDAD Y BENEVOLENCIA.
Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aún más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos  (2 Corintios 8: 3, 4).
El evangelio, que desde la muerte de Cristo se ha ido ampliando y extendiendo, ha necesitado mayores provisiones para sostener la lucha; esto hizo que la ley de las limosnas fuera una necesidad más urgente que bajo el gobierno hebreo.  Ahora Dios no requiere menos, sino mayores dádivas que en cualquier período anterior de la historia.  El principio establecido por Cristo es que los dones y las ofrendas deberían estar en proporción a la luz y las bendiciones recibidas.  Él dijo: "Porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará" (Luc. 12: 48).
Los primeros discípulos respondieron a las bendiciones de la era cristiana con obras de caridad y bondad.  Después que Cristo dejó a sus discípulos y ascendió al cielo, el derramamiento del Espíritu de Dios los condujo a la negación propia y al sacrificio personal para la salvación de otros.  Cuando los santos pobres de Jerusalén estaban en necesidad, Pablo escribió a los cristianos gentiles con respecto a obras de bondad, y les dijo: "Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia" (2 Cor. 8: 7).  
Aquí la bondad o benevolencia es destacada junto a la fe, el amor y la diligencia cristiana.
Los que piensan que pueden ser buenos cristianos mientras cierran sus oídos y corazones a los llamados de Dios que reclaman su liberalidad, se están engañando peligrosamente.  Limitándose a las palabras, hay quienes abundan en una profesión de gran amor por la verdad y manifiestan interés en ver que ella avance, pero no hacen nada para su progreso. Al no estar perfeccionada por las obras, la fe de los tales está muerta.  El Señor nunca ha cometido el error de convertir a una persona y dejarla bajo el poder de la codicia.- Review and Herald, 25/08/1874. 329

24. DESTRUYE EL PREJUICIO Y EL RACISMO.
Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.  
Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. (Gálatas 3: 27, 28).
Dios no conoce ninguna distinción por causa de la nacionalidad, la raza o la casta.  Es el Hacedor de toda la humanidad.  Todos los hombres son una familia por la creación, y todos son uno por la redención.  Cristo vino para demoler todo muro de separación, para abrir todo departamento del templo para que cada persona pudiese tener libre acceso a Dios...
La religión de la Biblia no reconoce casta ni color.  Ignora el rango, la riqueza y el honor mundanal.  
Dios estima a los hombres en su calidad de hombres. El carácter es el que decide el valor de los hombres a la vista de Dios.  Y nosotros debemos reconocer el Espíritu de Cristo en cualquier persona en quien se revele. Cristo trataba de enseñar a sus discípulos la verdad de que en el reino de Dios no hay fronteras nacionales, ni casta ni aristocracia; que ellos debían ir a todas las naciones, llevándoles el mensaje del amor del Salvador.
Las paredes divisorias del sectarismo, las castas y las razas se desplomarán cuando el verdadero espíritu misionero entre en los corazones de los hombres.  El prejuicio es eliminado por el amor de Dios.
Se han erigido paredes de separación entre los blancos y los negros.  Estas paredes de prejuicios se desplomarán como las murallas de Jericó, cuando los cristianos obedezcan la Palabra de Dios, que ordena amor supremo al Hacedor y amor imparcial al prójimo.
Cuando el Espíritu Santo sea derramado, los seres humanos triunfarán sobre el prejuicio al buscar la salvación de los perdidos.  Dios controlará las mentes.  Los corazones humanos amarán tal como Cristo ama.  Y muchos considerarán a la gente de color en forma muy diferente de lo que la consideran ahora.  Para amar tal como Cristo ama, elevemos la mente hacia una atmósfera pura, celestial y abnegada.- Mensajes selectos, t. 2, pp. 549-551. 340

25. EL EGOÍSMO Y LA DESHONESTIDAD SERÁN ELIMINADOS.
Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 
y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.  (Hechos 2:43-45).
No es por mezquindad de parte de Dios que hay escasez del Espíritu Santo en nuestras iglesias.  
Sólo ellas pueden cambiar esta carencia.  Dios dice a su pueblo: "Levántense y despierten su interés por las cosas santas". ¿Dónde está nuestra fe? ¿De qué modo sostendremos una relación adecuada con Jesucristo? ¿Lo seguimos en forma estable negándonos a nosotros mismos? ¿Presentamos la verdad en forma comprensible?  Cuando Dios derrame su Espíritu sobre las iglesias, llevarán fruto para su gloria.  La espada del Espíritu, recién afilada con poder, cortará con ambos filos.
En la viña de Dios hay que realizar una obra seria.  El mensaje del tercer ángel tiene que ser proclamado en alta voz sobre la tierra.  Cada rastro de falta de honradez en los negocios y cada vestigio de egoísmo deben ser eliminados por la lluvia tardía.  Toda idolatría tiene que ser destruida.  
Sea derribado cada altar, excepto el que santifica el don y al dador: la cruz del calvario.
Nuevos territorios deben ser añadidos al reino de Dios.  Nuevas áreas de la viña moral han de ser cultivadas como huertos del Señor.  El honor de la ley de Dios tiene que ser vindicado ante los mundos no caídos, ante el universo celestial y ante el mundo caído.  Vendrá la persecución más cruel, pero cuando se levante Sión, y se ponga sus hermosas vestiduras, brillará con la belleza de la santidad.  Dios desea que tengamos más vida y más poder, porque la gloria de Dios ha nacido sobre la iglesia. 
Si la verdad es recibida, la repulsiva esterilidad no seguirá existiendo.  La Palabra de Cristo es vida eterna para quien la recibe. Bible Training School, 1º de diciembre de 1903. 341

26. DESAPARECERÁ EL TEMOR A LA TESTIFICACIÓN.
Diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre?  Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre.  Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.  (Hechos 5: 28, 29).
Oí que los revestidos de la armadura proclamaban poderosamente la verdad, con fructíferos resultados.  Muchas personas habían estado atadas; algunas esposas por sus consortes, y algunos hijos por sus padres. Las personas sinceras, que hasta entonces habían sido impedidas de oír la verdad, adhirieron ardientemente a ella. Desvanecióse todo temor a los parientes y sólo la verdad les parecía sublime. Habían tenido hambre y sed de la verdad, y ésta les era más preciosa que la vida.  Pregunté por la causa de tan profundo cambio y un ángel me respondió: "Es la lluvia tardía; el refrigerio de la presencia del Señor; el potente pregón del tercer ángel". Aquellos escogidos tenían gran poder.  Dijo el ángel: "Mirad".  Vi a los impíos o incrédulos.  Estaban todos en gran excitación. El celo y la potencia del pueblo de Dios los había enfurecido.  Confusión, por doquiera dominaba la confusión.  Vi que se tomaban medidas contra la hueste que tenía la luz y el poder de Dios.  Pero esta hueste, aunque rodeada por densas tinieblas, se mantenía firme, aprobada por Dios y confiada en él.  Los vi perplejos.
Luego los oí clamar a Dios con fervor.  Ni de día ni de noche dejaban de orar: "¡Hágase, Señor, tu voluntad!" "Si ha de servir para gloria de tu nombre, da a tu pueblo el medio de escapar. Líbranos de los paganos que nos rodean. Nos han sentenciado a muerte; pero tu brazo puede salvarnos".  Tales son las palabras que puedo recordar. Todos parecían hondamente convencidos de su insuficiencia y manifestaban completa sumisión a la voluntad de Dios.  Sin embargo, todos sin excepción, como Jacob, oraban y luchaban fervorosamente por su liberación. Review and Herald, 31 de diciembre de 1857. 342

27. SE DESPIERTA LA IRA DE SATANÁS.
Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. (1 Pedro 5: 7, 8).
Si el mundo debe ser convencido de pecado como transgresor de la ley de Dios, lo será gracias al Espíritu Santo obrando a través de instrumentos humanos.  La iglesia necesita sacudirse ahora de su sueño mortal, porque el Señor está esperando para bendecir a su pueblo, que reconocerá la bendición cuando llegue y la difundirá por medio de fuertes y claros rayos de luz.  "Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados... Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos" (Eze. 36: 25, 27).
Si el desierto de la iglesia va a convertirse en un campo fértil, y si el campo fértil va a volverse como un bosque, será mediante el Espíritu Santo de Dios derramado sobre su pueblo.  Los agentes celestiales han estado esperando durante mucho tiempo a los instrumentos humanos, los miembros de la iglesia, para cooperar con ellos en la gran obra que debe ser llevada a cabo.  Lo están esperando a usted. 
Es tan amplio el campo, tan extenso el plan, que cada corazón santificado será compelido al servicio como agente del poder divino.
Al mismo tiempo, en forma encubierta habrá un poder agitándolo todo.  La acción de los ángeles caídos se manifestará en la forma de engaños, calamidades, desastres y crímenes que superarán todo lo conocido.  Mientras Dios emplea a los ángeles de misericordia para obrar por medio de sus instrumentos humanos, Satanás pone en acción a sus agentes, exigiendo tributo a todos los poderes que se someten a su control.  Habrá muchos señores y muchos dioses  Se oirá el clamor: "Aquí está Cristo", y "Allí está".  En todas partes las astutas maquinaciones de Satanás revelarán sus obras con el propósito de distraer la atención del deber presente.  La aparición de un falso Cristo despertará esperanzas engañosas en las mentes de quienes se permitan ser engañados.  Los miembros de la iglesia que están despiertos se levantarán ante la emergencia para presentar las manifestaciones del poder satánico en su verdadera luz delante de la gente. 
The General Conference Bulletin, 28 de febrero de 1893. 343

28. REAVIVAMIENTOS VERDADEROS Y FALSOS.
Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas.  (Apocalipsis 18: 4).
A pesar del decaimiento general de la fe y de la piedad, hay en esas iglesias verdaderos discípulos de Cristo.  Antes que los juicios de Dios caigan finalmente sobre la tierra, habrá entre el pueblo del Señor un avivamiento de la piedad primitiva, cual no se ha visto nunca desde los tiempos apostólicos.  
El Espíritu y el poder de Dios serán derramados sobre sus hijos.  Entonces muchos se separarán de esas iglesias en las cuales el amor de este mundo ha suplantado al amor de Dios y de su Palabra.  
Muchos, tanto ministros como laicos, aceptarán gustosamente esas grandes verdades que Dios ha hecho proclamar en este tiempo a fin de preparar un pueblo para la segunda venida del Señor.
El enemigo desea impedir esta obra, y antes que llegue el tiempo para que se produzca tal movimiento, tratará de evitarlo introduciendo una falsa imitación.  Hará aparecer como que la bendición especial de Dios es derramada sobre las iglesias que pueda colocar bajo su poder seductor; allí se manifestará lo que se considerará como un gran interés por lo religioso.  Multitudes se alegrarán de que Dios esté obrando maravillosamente en su favor, cuando, en realidad, la obra provendrá de otro espíritu.  
Bajo un disfraz religioso, Satanás tratará de extender su influencia sobre el mundo cristiano.
En muchos de los despertamientos religiosos que se han producido durante el último medio siglo, se han dejado sentir, en mayor o menor grado, las mismas influencias que se ejercerán en los movimientos venideros más extensos.  Hay una agitación emotiva, mezcla de lo verdadero con lo falso, muy apropiada para extraviar a uno.  No obstante, nadie necesita ser seducido.  A la luz de la Palabra de Dios no es difícil determinar la naturaleza de estos movimientos.- El gran conflicto, pp. 517, 518. 344

29. FUERZA PARA EL TIEMPO DE ANGUSTIA.
En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. (Daniel 12: 1).
Al acercarse los miembros del cuerpo de Cristo al período de su último conflicto, al "tiempo de angustia de Jacob", crecerán en Cristo y participarán en gran medida de su Espíritu.  Al crecer el tercer mensaje hasta ser un fuerte pregón, cuando acompañe a la obra final un gran poder y gloria, los hijos de Dios participarán de aquella gloria.  La lluvia tardía será lo que los fortalecerá y reavivará para atravesar el tiempo de angustia.  Sus rostros resplandecerán con la gloria de aquella luz que acompaña 
al tercer ángel.
Vi que Dios preservará de manera maravillosa a su pueblo durante el tiempo de angustia.  Así como Jesús oró con toda la agonía de su alma en el huerto, ellos clamarán con fervor y agonía día y noche para obtener libramiento.  Se proclamará el decreto de que deben despreciar el sábado del cuarto mandamiento, y honrar el primer día, o perder la vida.  Pero ellos no cederán, ni pisotearán el sábado del Señor para honrar una institución del papado.  Los rodearán las huestes de Satanás, y los hombres perversos, para alegrarse de su suerte, porque no parecerá haber para ellos medio de escapar.  Pero en medio de las orgías y el triunfo de aquéllos, se oirá el estruendo ensordecedor del trueno más formidable.  Los cielos se habrán ennegrecido, y estarán iluminados únicamente por la deslumbrante y terrible gloria del cielo, cuando Dios deje oír su voz desde su santa morada.
Los cimientos de la tierra temblarán; los edificios vacilarán y caerán con espantoso fragor.  El mar hervirá como una olla, y toda la tierra será terriblemente conmovida.  El cautiverio de los justos se cambiará, y con suave y solemne susurro se dirán unos a otros: "Somos librados; es la voz de Dios".  Con solemne asombro escucharán las palabras de la voz.- Joyas de los testimonios, t. 1, pp. 131, 132 (ed.  ACES, 1951). 345

30. AHORA ES EL TIEMPO DE PREPARACIÓN.
Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.  (Lucas 21: 36).
Los profesos creyentes que lleguen al tiempo de angustia sin preparación, en su desesperación confesarán sus pecados ante el mundo con palabras de ardiente angustia, mientras los malvados se regocijarán por ello.  El caso de los tales será desesperado.  Cuando Cristo se levante y deje el lugar santísimo comenzará el tiempo de angustia; el caso de cada persona estará decidido, y no habrá sangre expiatoria para limpiarlos del pecado y la contaminación.  Cuando Jesús deje el lugar santísimo, con autoridad real y en un tono decidido dirá: "El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.  He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra" (Apoc. 22: 11, 12).
Los que demoraron su preparación para el día de Dios, no podrán obtenerla en el tiempo de angustia, o en ningún período futuro.  Los justos no cesarán sus fervorosos y agonizantes clamores por liberación.  No podrán recordar ningún pecado particular, pero en toda su vida podrán ver algo de bueno.  Sus pecados han ido al juicio, y se ha registrado frente a ellos el perdón.  Sus faltas han sido llevadas al país del olvido, y no pueden ser traídas a la memoria.  Los amenaza destrucción segura, pero, como Jacob, no permitirán que su fe se debilite, aunque sus oraciones no sean contestadas de inmediato.  Sufrirán los tormentos del hambre, pero no cesarán en sus intercesiones.  Se aferrarán del poder de Dios, como Jacob del ángel, y el lenguaje de su alma será: "No te dejaré, si no me bendices" 
(Gén. 32: 26).
Ese período de angustia y aflicción requerirá un esfuerzo de fervor y de fe decidida que pueda soportar la demora y el hambre, y que no caerá por la debilidad, aunque sea severamente probada.  
El tiempo de gracia es el período concedido a todos para prepararse para el día de Dios. 
Signs of the Times, 27 de noviembre de 1879. RP EGW 346 

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