jueves, 30 de mayo de 2019

10. EL ORIGEN DE LA TIERRA


LA CREACIÓN DE LA TIERRA 
La ciencia no puede explicar la creación. 
¿Qué ciencia puede explicar el misterio de la vida?
 "Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía."
(Hebreos 11:3).
"Yo: que formo la luz y crío las tinieblas, ... yo Jehová que hago todo esto, ... yo hice la tierra, y crié sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé." "En llamándolos yo, parecieron juntamente." (Isaías 45: 6-12; 48:13).

 En la creación de la tierra, nada debió Dios a la materia preexistente. 
"Él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió." (Salmo 33:9). 
Todas las cosas, materiales o espirituales, surgieron ante el Señor Jehová cuando él habló, y fueron creadas para su propio designio. Los cielos y todo su ejército, la tierra y todo lo que hay en ella, surgieron a la existencia por el aliento de su boca. 

En la creación del hombre resulta manifiesta la intervención de un Dios personal. Cuando Dios hubo hecho al hombre 323 a su imagen, el cuerpo humano quedó perfecto en su forma y organización, pero estaba aún sin vida. 
 Después, el Dios personal y existente de por sí infundió en aquella forma el soplo de vida, y el hombre vino a ser criatura viva e inteligente. Todas las partes del organismo humano fueron puestas en acción. 
El corazón, las arterias, las venas, la lengua, las manos, los pies, los sentidos, las facultades del espíritu, todo ello empezó a funcionar, y todo quedó sometido a una ley. El hombre fue hecho alma viviente.

 Por medio de Cristo el Verbo, el Dios personal creó al hombre, y lo dotó de inteligencia y de facultades. Nuestra substancia no le era oculta cuando fuimos hechos en el misterio; sus ojos vieron nuestra substancia por imperfecta que fuera, y en su libro todos nuestros miembros estaban anotados, aun cuando ninguno de ellos existiera todavía. 

Sobre todos los órdenes inferiores de los seres, Dios dispuso que el hombre, corona de su creación, expresara el pensamiento divino y revelara la gloria de Dios. 
 Pero no por ello tiene el hombre que enaltecerse como Dios. "Cantad alegres a Dios.... Servid a Jehová con alegría; venid ante su acatamiento con regocijo. Reconoced que Jehová él es Dios: él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con reconocimiento, por sus atrios con alabanza: alabadle, bendecid su nombre." 
"Ensalzad a Jehová nuestro Dios, y encorvaos al monte de su santidad; porque Jehová nuestro Dios es santo." (Salmos 100:1-4; 99:9).

  Continuamente Dios sostiene y emplea como ministros suyos las cosas que hizo. Obra por medio de las leyes de la 324 naturaleza, que le sirven de instrumento, pero no actúan automáticamente. 
 La naturaleza atestigua la presencia inteligente y la intervención activa de un Ser que obra en todo según su voluntad. 
"Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos.
 Por generación y generación es tu verdad: tú afirmaste la tierra, y persevera. Por tu ordenación perseveran hasta hoy las cosas creadas; porque todas ellas te sirven." "Todo lo que quiso Jehová, ha hecho en los cielos y en la tierra, en las mares y en todos los abismos." "Él mandó y fueron criadas. Y las hizo ser para siempre por los siglos; púsoles ley que no será quebrantada." 
(Salmos 119:89-91; 135:6; 48:5, 6).


  No es por medio de una fuerza inherente como año tras año la tierra suministra sus dones y sigue su marcha alrededor del sol. 
 La mano del Infinito obra perpetuamente para guiar el planeta. 
 El poder de Dios, en constante ejercicio, hace que la tierra conserve su posición en su rotación. Es Dios quien dispone que el sol salga y se levante en los cielos. 
 Es Dios quien abre las ventanas de los cielos y da la lluvia. "El da la nieve como lana, derrama la escarcha como ceniza." "A su voz se da muchedumbre de aguas en el cielo, y hace subir las nubes de lo postrero de la tierra; hace los relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos." (Salmo 147:16; Jeremías 10:13).  


Por el poder de Dios medra la vegetación, despunta la hoja, se abre la flor, cuaja y se desarrolla la fruta. El mecanismo del cuerpo humano no puede ser comprendido 325 por completo; presenta misterios que confunden a los más inteligentes. No es por efecto de un mecanismo que, una vez puesto en movimiento, prosigue su acción, como late el pulso y una respiración sigue a la otra. En Dios vivimos, nos movemos 
y somos. 


 El corazón que palpita, el pulso que late, cada nervio y músculo del organismo vivo se mantienen en orden y actividad por el poder de un Dios siempre presente. 


La Biblia nos muestra a Dios en su alto y santo puesto, no en estado de inacción, no en el silencio y la soledad, sino rodeado de millares de millares y millones de millones de seres santos, siempre a la espera de sus órdenes. Por medio de estos mensajeros permanece Dios en comunicación activa con todas las partes de su dominio.


 Por medio de su Espíritu está presente en todas partes. Mediante su Espíritu y sus ángeles atiende y cuida a los hijos de los hombres. Por encima de las confusiones de la tierra Dios está en su trono; todas las cosas están abiertas a su divina mirada; y desde su grande y serena eternidad ordena lo que su providencia considera mejor. 


"El hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es ordenar sus pasos." 
"Fíate de Jehová de todo tu corazón, ... reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas." 
"El ojo de Jehová sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia; para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en el hambre."
 "¡Cuán ilustre, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas." 
"Bienaventurado aquel en cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza es en Jehová su Dios." 326 

"De tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra." Tú amas "justicia y juicio." Tú eres "esperanza de todos los términos de la tierra, y de los más remotos confines de la mar. Tú, el que afirma los montes con su potencia, ceñido de valentía: el que amansa el estruendo de los mares, ... y el alboroto de las gentes.... Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde,.. . Tú coronas el año de tus bienes; Y tus nubes destilan grosura." 
"Sostiene Jehová a todos los que caen, y levanta a todos los oprimidos. Los ojos de todos esperan en ti, y tú les das su contada en su tiempo. Abres tu mano, y colmas de bendición a todo viviente." (Jeremías 10:23; Proverbios 3:5, 6; Salmos 33:18, 19; 36:7; 146:5; 119:64; 33:5; 65:5-8, 11; 145:14-16). MC EGW MHP 

miércoles, 29 de mayo de 2019

09. LA FE HONRA A DIOS; Y DIOS HONRA LA FE


¿Qué haces cuando tu piso empieza a temblar y temblar? 
¿Cómo se ve, en estos últimos días, los movimientos telúricos?
¿Hasta qué punto es solo geológico? 
¿Y cómo, ver que es más que geológico? 

Creo que debemos partir de dos premisas. 
De los que creen y lo que no. 

Bueno tomaremos la premisa de la fe en Dios.
 Y gastaremos tiempo en él. 
Porque la verdadera ciencia no se opone; 
es complementario con la fe. 
Ambos provienen de Dios. 


Cuando Dios creó este mundo. 
Lo hizo perfecto. Sin tacha. 
 Luego vino las consecuencias del pecado.


El diluvio fue tan catastrófico. 
Que la tierra nunca fue la misma.


Y DESPUÉS DEL DILUVIO. 
Se asentó mas la fragilidad del planeta. 
“En ese tiempo inmensos bosques fueron sepultados. Desde entonces se han transformado en el carbón de piedra de las extensas capas de hulla que existen hoy día, y han producido también enormes cantidades de petróleo”.

Con frecuencia la hulla y el petróleo se encienden y arden bajo la superficie de la tierra. Esto calienta las rocas, quema la piedra caliza, y derrite el hierro. La acción del agua sobre la cal intensifica el calor, y ocasiona terremotos, volcanes y brotes ígneos. Cuando el fuego y el agua entran en contacto con las capas de roca y mineral, se producen terribles explosiones subterráneas, semejantes a truenos sordos. El aire se calienta y se vuelve sofocante. 

A esto siguen erupciones volcánicas, pero a menudo ellas no dan suficiente escape a los elementos encendidos, que conmueven la tierra. El suelo se levanta entonces y se hincha como las olas de la mar, aparecen grandes grietas, y algunas veces ciudades, aldeas, y montañas encendidas son tragadas por la tierra. Estas maravillosas manifestaciones serán más frecuentes y terribles poco antes de la segunda venida de Cristo y del fin del mundo, como señales de su rápida destrucción. 


Las profundidades de la tierra son el arsenal del Señor, de donde se sacaron las armas empleadas en la destrucción del mundo antiguo. Las aguas brotaron de la tierra y se unieron a las aguas del cielo para llevar a cabo la obra de desolación. 

DIOS HACE JUICIO HOY, COMO AYER.
 Desde El Diluvio, El Fuego Y El Agua Han Sido Instrumentos De Dios Para Destruir Ciudades Impías. 


“En muchas partes del mundo. Hay ciudades de civilizaciones antiguas en el fondo del mar. Y la mente humana no sabe explicar. acertadamente.  


Estos juicios “fueron” enviados para que los que tienen en poco la ley de Dios y pisotean su autoridad, tiemblen ante su poderío, y reconozcan su justa soberanía. Cuando los hombres han visto montañas encendidas arrojando fuego, llamas y torrentes de minerales derretidos, que secaban ríos, cubrían populosas ciudades y regaban por doquiera ruina y desolación, los corazones más valientes se han llenado de terror, y los infieles y blasfemos se han visto obligados a reconocer el infinito poder de Dios. 

"¡Oh si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes, como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las gentes temblasen a tu presencia! Cuando, haciendo terriblezas cuales nunca esperábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti."


"Jehová marcha entre la tempestad y turbión , y las nubes son el polvo de sus pies. El amenaza a la mar, y la hace secar, y agosta todos los ríos." (Isa. 64: 1-3; Nah. 1: 3, 4.) PP

Pero lo que se ve solo es una muestra pálida, de lo que realmente será la ira divina en el gran día de ajuste
 de cuentas. 


11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 
12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 
13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 
14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. Apoc. 20.

VOLVIENDO A NUESTRA REALIDAD. 
¡Aún hay tiempo! Considera estas promesas. 
Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. Romanos 13:11.
Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; 
he aquí ahora el día de salvación. 2 Corintios 6:2. 
“Así, tu fe honrará a Dios, Y Dios honrará tu fe” 
Ministerio Hno. Pio 

UNA MEJOR MANERA DE VIVIR CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL/CLÁSICO/MHP “Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: "Tómame ¡oh Señor! como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo y sea toda mi 70 obra hecha en ti". Este es un asunto diario. Cada mañana conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus planes a él, para ponerlos en práctica o abandonarlos según te lo indicare su providencia. Sea puesta así tu vida en las manos de Dios y será cada vez mas semejante a la de Cristo” CC. 69,70.


01.- UNA MEJOR MANERA DE VIVIR 
CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL. 

02. UNA MEJOR MANERA DE VIVIR 
CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL. 

03. UNA MEJOR MANERA DE VIVIR 
CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL. 

04. UNA MEJOR MANERA DE VIVIR 
CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL. 

05. UNA MEJOR MANERA DE VIVIR 
CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL.  

06. UNA MEJOR MANERA DE VIVIR
 CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL.

07. UNA MEJOR MANERA DE VIVIR 
CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL. 

CANAL LA MANERA SABIA DE VIVIR (Comienza Tu Día, Escuchando La Voz De Dios) Ministerio Hno. PIO/IASD 
https://www.youtube.com/channel/UCV_Zgivkzjx6p563x17p7

lunes, 27 de mayo de 2019

08. DIOS TAMBIÉN TIENE REGLAS.


*NUESTRA ÚNICA RESPONSABILIDAD
Como Supremo Legislador del universo, Dios ha ordenado leyes no sólo para el gobierno de todos los seres vivientes, sino de todas las operaciones de la naturaleza.  Todo, ya sea grande o pequeño, animado o inanimado, está bajo leyes fijas que no pueden ser desdeñadas.  No hay excepciones a esta regla, pues nada de lo hecho por la mano divina ha sido olvidado por la mente divina.  

Sin embargo, al paso que todo lo que hay en la naturaleza es gobernado por la ley natural, sólo el hombre, como ser inteligente, capaz de entender sus requerimientos, es responsable ante la ley moral.  Sólo al hombre, corona de la creación divina, Dios ha dado una conciencia que comprende las demandas sagradas de la ley divina, y un corazón capaz de amarla como santa, justa y buena.  Del hombre se requiere pronta y perfecta obediencia. 

 Sin embargo, Dios no lo obliga a obedecer: 
queda como ser moral libre.

Son pocos los que comprenden el tema de la responsabilidad personal del hombre.  Sin embargo, es un asunto de máxima importancia.  
Todos podemos obedecer y vivir, o podemos transgredir la ley de Dios, desafiar su autoridad y recibir el castigo consiguiente.  

De modo que a cada alma le incumbe decididamente la pregunta: ¿Obedeceré la voz del cielo, las diez palabras pronunciadas en el Sinaí, o iré con la multitud que pisotea esta ígnea ley?  

Para los que aman a Dios, será la máxima delicia observar los mandamientos divinos y hacer aquellas cosas que son agradables a la vista de Dios.  Pero el corazón natural odia la ley de Dios y lucha contra sus santas demandas. los hombres cierran su alma a la luz divina, rehusando caminar en ella cuando brilla sobre 31 ellos.  Sacrifican la pureza del corazón, el favor de Dios y su esperanza del cielo a cambio de la complacencia egoísta o las ganancias mundanales.

Dice el salmista: "la ley de Jehová es perfecta" (Sal. 19: 7). 
¡Cuán maravillosa es la ley de Jehová en su sencillez, su extensión y perfección!  Es tan breve, que podemos fácilmente aprender de memoria cada precepto, y sin embargo tan abarcante como para expresar toda la voluntad de Dios y tener conocimiento no sólo de las acciones externas, sino de los pensamientos e intenciones, los deseos y emociones del corazón. 

 Las leyes humanas no pueden hacer esto.  Sólo pueden tratar con las acciones externas.  Un hombre puede ser transgresor y, sin embargo, puede ocultar sus faltas de los ojos humanos.  Puede ser criminal, ladrón, asesino o adúltero, pero mientras no sea descubierto, la ley no puede condenarlo como culpable.  

La ley de Dios toma en cuenta los celos, la envidia, el odio, la malignidad, la venganza, la concupiscencia y la ambición que agitan el alma, pero que no han hallado expresión en acciones externas porque ha faltado la oportunidad aunque no la voluntad.  Y se demandará cuenta de esas emociones pecaminosas en el día cuando "Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala" (Ecl. 12: 14).


EL OBEDECER TRAE FELICIDAD
La ley de Dios es sencilla y se entiende fácilmente.  Hay hombres que se jactan orgullosamente de que sólo creen lo que pueden entender, olvidándose de que hay misterios en la vida humana y en la manifestación del poder de Dios, en las obras de la naturaleza: misterios que la filosofía más profunda, la investigación más extensa, son incapaces de explicar.  

Pero no hay misterios en la ley de Dios.  Todos pueden comprender las grandes verdades que implica.  El intelecto más débil puede captar esas reglas; el más ignorante puede regular su vida y formar su carácter de acuerdo con la norma divina. 

 Si los hijos de los hombres obedecieran esta ley al máximo de su capacidad, ganarían fortaleza para su mente y poder de discernimiento para comprender todavía más el 32 propósito y los planes de Dios.  
Y este progreso sería continuo, no sólo durante la vida presente, sino durante los siglos eternos, pues no importa cuán lejos avancemos en el conocimiento de la sabiduría y del poder de Dios, siempre queda un infinito más allá.

La ley divina nos demanda amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.  Sin el ejercicio de este amor, la más elevada profesión de fe es mera hipocresía...

Es esencial la obediencia a la ley, no sólo para nuestra salvación, sino para nuestra felicidad y para la felicidad de aquellos con quienes nos relacionamos.  "Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo" (Sal. 119: 165), dice la Palabra inspirada.  

Sin embargo, el hombre finito presentará a la gente esta ley santa, justa y buena, esta ley de libertad que el Creador mismo ha adaptado para las necesidades del hombre, como un yugo de opresión, un yugo que nadie puede llevar.  Pero es el pecador el que considera la ley como un yugo penoso; es el transgresor el que no puede ver belleza en sus preceptos.  Pues la mente carnal "no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede" (Rom.  8: 7)...


MÁS ALLÁ DE LAS PROHIBICIONES
Vivimos en un siglo de gran impiedad. Las multitudes están esclavizadas por costumbres pecaminosas y malos hábitos, y son difíciles de romper los grillos que las atan.  Como un diluvio, la iniquidad está inundando la tierra.  Ocurren diariamente crímenes casi demasiado horrorosos para ser mencionados.  

Y, sin embargo, hombres que profesan ser atalayas en las murallas de Sion quieren enseñar que la ley era sólo para los judíos y que caducó con los gloriosos privilegios que comenzaron en la era evangélica. ¿No hay acaso una relación entre el desenfreno y el crimen imperantes, y el hecho de que los ministros y sus fieles sostienen y enseñan que la ley no está más en vigencia?

El poder condenador de la ley de Dios se extiende no sólo a lo que hacemos, sino a lo que no hacemos.  No hemos 33 de justificarnos dejando de hacer lo que Dios requiere. No sólo hemos de cesar de hacer el mal, sino que debemos aprender a hacer el bien.  

DIOS NOS HA DADO FACULTADES que deben ejercerse en buenas obras, y si no se emplean esas facultades, ciertamente seremos considerados como siervos malos y negligentes.  

Quizá no hayamos cometido atroces pecados; tales faltas quizá no estén registradas contra nosotros en el libro de Dios; pero el hecho de que nuestros actos no sean registrados como puros, buenos, elevados y nobles -lo que indica que no hemos cultivado los talentos que se nos confiaron-, nos coloca bajo condenación.

La ley de Dios existía antes de que el hombre fuera creado. Fue adaptada a las condiciones de seres santos: aun los ángeles eran gobernados por ella.  No se cambiaron los principios de justicia después de la caída.  Nada fue quitado de la ley.  No podía mejorarse ninguno de sus santos preceptos.  Y así como ha existido desde el comienzo, de la misma manera continuará existiendo por los siglos perpetuos de la eternidad.  Dice el salmista: "Hace ya mucho que he entendido tus testimonios, que para siempre los has establecido" (Sal. 119: 152).* RMEGW  MHP

domingo, 26 de mayo de 2019

07. ¿SEÑALES DE SU VENIDA O MOVIMIENTOS DE PLACAS SOLAMENTE?,


¿Qué actitud tomas, o que haces? 
¿Cuándo la tierra empieza a temblar
 y no parece detenerse como hoy?

Mucha gente noctambula. Entró en pánico. Cuando la tierra empezó 
a temblar como a las 2.49 am. 
Gritos, llanto; mezclados con nerviosismo. Me desperté. Y no entendía que pasaba. Cuando el movimiento iba terminando en los últimos segundos del minuto de duración de grado 7.2.

¿Qué reflexión te da, cuando pasas esa experiencia tan traumática? ¿Miras a los lados o miras al cielo y piensas en Dios?

“Cuando están en dificultad, los filósofos y los hombres de ciencia procuran satisfacer su mente sin apelar a Dios. Ventilan su filosofía acerca de los cielos y de la tierra, explicando plagas, pestilencias, epidemias, TERREMOTOS y hambres, por sus supuestas ciencias. 
Las cuestiones relativas a la creación y la providencia procuran resolverlas diciendo: Es la ley de la naturaleza”. CM 426


LA SEGUNDA VENIDA
Nuestro Salvador ha de volver. Antes de despedirse de sus discípulos y de salir de este mundo, les dejó la promesa de su regreso. 
“¡No se turbe vuestro corazón!” dijo:
 “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; ... voy a prepararos el lugar. Y si yo fuere y os preparare el lugar, vendré otra vez, y os recibiré conmigo; para que donde yo estoy, vosotros también estéis.”
 Juan 14:1-3. 

No los dejó en la duda respecto del modo en que efectuaría su venida. “Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria; y delante de él serán juntadas todas las naciones.” Mateo 25:31, 32. 

Con mucho cuidado los puso en guardia contra el engaño: 
“Si, pues, os dijeren: ¡He aquí, en el desierto está! no salgáis: O: ¡He aquí, en los aposentos! no lo creáis. Porque como el relámpago sale del oriente y se ve lucir hasta el occidente, así será la venida del Hijo del hombre.” Mateo 24:26, 27. 

ESTE AVISO ES TAMBIEN PARA NOSOTROS.
Hoy hay falsos maestros que dicen: “¡He aquí en el desierto está!” y miles han salido al desierto, esperando encontrar a Cristo.
Y miles también que pretenden tener comunicación con los espíritus de los muertos afirman: “¡He aquí, en los aposentos está!” Esto es precisamente lo que dice el espiritismo. 
Pero Cristo dice: “No lo creáis. Porque como el relámpago sale del oriente, y se ve lucir hasta el occidente, así será la venida del Hijo del hombre.” 

Al ascender Cristo a los cielos los ángeles declararon a los discípulos: “Este mismo Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá del mismo modo que le habéis visto ir al cielo.” 
Hechos 1:11. 
Ascendió corporalmente, y ellos le vieron cuando los dejó y fue recibido en la nube. Volverá en una gran nube blanca, y “todo ojo le verá.” Apocalipsis 1:7. 

El día exacto y la hora de su venida no han sido revelados. 
Cristo dijo a sus discípulos que él mismo no podía decirles el día o la hora de su segunda aparición. Pero citó algunos acontecimientos mediante los cuales podrían saber cuándo se acercará su venida. 
“Habrá señales-dijo-en el sol, y en la luna, y en las estrellas.” 
Lucas 21:25. 
Y aun se expresa más claramente al decir: 
“El sol se obscurecerá, y la luna no dará su luz, y las estrellas caerán del cielo.” Mateo 24:29. 

“Sobre la tierra,” dijo, habrá “angustia de naciones, en perplejidad, a causa de los bramidos del mar y la agitación de las ondas; desfalleciendo los hombres de temor, y en expectativa de las cosas que han de venir sobre la tierra habitada.” Lucas 21:25, 26. 
“Y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y grande gloria. Y enviará sus ángeles con grande estruendo de trompeta, los cuales juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro.” Mateo 24:30, 31. 

El Salvador agregó: “De la higuera, pues, aprended la semejanza: Cuando su rama ya se enternece, y hace brotar las hojas, sabéis que el verano está cerca: así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que él está cerca, a las puertas.” Mateo 24:32, 33. 

Cristo dió estas señales de su venida para que sepamos cuándo está cerca, a las puertas mismas. Cuando los árboles echan hojas en la primavera, sabemos que el verano está cerca. Pues bien, con no menos seguridad sabremos que la segunda venida de Cristo está cercana, cuando las señales aparezcan en el sol, en la luna y en las estrellas. 

EN APOCALIPSIS 6:12-17, ES MÁS COMPLETO, ESTA VISIÓN CELESTIAL DE SU VENIDA. 
12 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre;13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento.
14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar.
15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes;16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 
17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie? 


ESTA SEÑAL del tiempo del fin se dio inicio; el 1 de noviembre de 1755. Su epicentro fue en Lisboa- Portugal.  Conocido en la historia como EL GRAN TERREMOTO DE LISBOA. 

“Estas señales se vieron antes de principios del siglo XIX. En cumplimiento de esta profecía, en 1755 se sintió el más espantoso terremoto que se haya registrado. Aunque generalmente se lo llama el terremoto de Lisboa, se extendió por la mayor parte de Europa, África y América. Se sintió en Groenlandia en las Antillas, en la isla de Madera, en Noruega, en Suecia, en Gran Bretaña e Irlanda. Abarcó por lo menos diez millones de kilómetros cuadrados. La conmoción fue casi tan violenta en África como en Europa. Gran parte de Argel fue destruida; y a corta distancia de Marruecos, un pueblo de ocho a diez mil habitantes desapareció en el abismo. Una ola formidable barrió las costas de España y África, sumergiendo ciudades y causando inmensa desolación”. 

Fue en España y Portugal donde la sacudida alcanzó su mayor violencia. Se dice que en Cádiz, la oleada llegó a sesenta pies de altura. Algunas de las montañas “más importantes de Portugal fueron sacudidas hasta sus cimientos y algunas de ellas se abrieron en sus cumbres, que quedaron partidas de un modo asombroso, en tanto que trozos enormes se desprendieron sobre los valles adyacentes. Se dice que de esas montañas salieron llamaradas de fuego”. 
Sir Charles Lyell, Principles of Geology, 495.

En Lisboa “se oyó bajo la tierra un ruido de trueno, e inmediatamente después una violenta sacudida derribó la mayor parte de la ciudad. En unos seis minutos murieron sesenta mil personas. El mar se retiró primero y dejó seca la barra, luego volvió en una ola que se elevaba hasta cincuenta pies sobre su nivel ordinario”. “Entre los sucesos extraordinarios ocurridos en Lisboa durante la catástrofe, se cuenta la sumersión del nuevo malecón, construído completamente de mármol y con ingente gasto. Un gran gentío se había reunido allí en busca de un sitio fuera del alcance del derrumbe general; pero de pronto el muelle se hundió con todo el gentío que lo llenaba, y ni uno de los cadáveres salió jamás a la superficie” (ibíd.).

“La sacudida” del terremoto “fue seguida instantáneamente del hundimiento de todas las iglesias y conventos, de casi todos los grandes edificios públicos y más de la cuarta parte de las casas. Unas horas después estallaron en diferentes barrios incendios que se propagaron con tal violencia durante casi tres días que la ciudad quedó completamente destruida. El terremoto sobrevino en un día de fiesta en que las iglesias y conventos estaban llenos de gente, 
y escaparon muy pocas personas” 
(Encyclopaedia Americana, art. Lisboa, nota, ed. 1831).

 “El TERROR del pueblo era indescriptible. Nadie lloraba; el siniestro superaba la capacidad de derramar lágrimas. Todos corrían de un lado a otro, delirantes de horror y espanto, golpeándose la cara y el pecho, gritando: ‘¡Misericordia! ¡Llegó el fin del mundo!’ Las madres se olvidaban de sus hijos y corrían de un lado a otro llevando crucifijos. Desgraciadamente, muchos corrieron a refugiarse en las iglesias; pero en vano se expuso el sacramento; en vano aquella pobre gente abrazaba los altares; imágenes, sacerdotes y feligreses fueron envueltos en la misma ruina”. Se calcula que noventa mil personas perdieron la vida en aquel aciago día.  CS 306 EGW


*Luego Las otras señales han aparecido. 
EL 19 DE MAYO DE 1780, 
EL SOL SE OBSCURECIÓ. 
Aquel día se conoce en la historia como “el día obscuro.” En la parte oriental de la América del Norte, fue tan grande la obscuridad que en muchos sitios hubo que prender luz a mediodía. Hasta después de medianoche, la luna, a pesar de estar llena, no dió luz alguna. 
Muchos creyeron que había llegado el día del juicio. No pudo darse más razón satisfactoria de tan extraordinaria obscuridad que la que encontramos en las palabras de Cristo. 
El obscurecimiento del sol y de la luna fué una señal de la venida 
de Cristo. 


*EL 13 DE NOVIEMBRE DE 1833, observóse una LLUVIA DE ESTRELLAS como nunca se había visto hasta entonces. Miles de personas volvieron a creer que el día del juicio había llegado. 

DESDE ENTONCES se han multiplicado las señales: terremotos, maremotos, tempestades, pestilencias y hambres, destrucciones por fuego y agua. Todo esto, y “la angustia de naciones en perplejidad,” 
¡DECLARAN QUE LA VENIDA DEL SEÑOR ESTÁ CERCA!

De los que contemplan estas señales dice Cristo: “No pasará esta generación, hasta que todo esto sea hecho. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Mateo 24:34, 35. 

“El Señor mismo descenderá del cielo con mandato soberano, con la voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero; luego, nosotros los vivientes, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos a las nubes, al encuentro del Señor, en el aire; y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos pues los unos a los otros con estas palabras.” 1 Tesalonicenses 4:16-18. 

Cristo viene, viene en las nubes y con grande gloria. Una muchedumbre de ángeles resplandecientes le servirá. Vendrá para resucitar a los muertos y para transformar a los santos que estén vivos y darles gloria. 

Vendrá para dar honra a los que le hayan amado y que hayan guardado sus mandamientos, y los llevará consigo. No se ha olvidado de ellos ni de su promesa. 

Ha de reanudarse la cadena de la familia. Cuando pensamos en nuestros amados que han muerto, pensamos también en la mañana en que la trompeta de Dios ha de resonar, y en que “los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos mudados.” 1 Corintios 15:52. 

Ese tiempo está cerca. Aún un poco más, y veremos al Rey en su belleza. Aún un poco más, y él enjugará toda lágrima de nuestros ojos. Aún un poco más, y nos presentará “irreprensibles delante de la presencia de su gloria con gozo extremado.” Judas 24. 
Por lo tanto, al darnos él las señales de su venida, dijo: “Mas en comenzando a suceder estas cosas, erguíos y alzad vuestras cabezas; porque vuestra redención se va acercando.” Lucas 21:28. CNS EGW

Lo más trascendente de esta reflexión es: ¿Qué harás al respecto?  ¿empezarás a pensar en serio y oír la voz de Dios, que habla a tu conciencia?
O seguirás arrullándote en la seguridad de que todo está bien.
 ¿Y solo es el ajuste de placas? 
Es tiempo de que reflexiones y decidas. Porque ante tu decisión, 
no hay marcha atrás. Dios te ilumine con su Espíritu. Amen. Ministerio Hno. Pio

jueves, 23 de mayo de 2019

07. RECIBIRÉIS PODER: PERSONA, PRESENCIA Y OBRA DEL ESPÍRITU SANTO. (EGW). VII. DOTADOS POR EL ESPÍRITU.


01. BELLEZA EN LA DIVERSIDAD.
No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales... Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.  Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.  Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. (1 Corintios 12: 1, 4-6).
Los talentos que Dios ha confiado a su iglesia representan especialmente los dones y bendiciones impartidos por el Espíritu Santo.  "Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.  A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.  Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere" (1 Cor. 12: 8-11).
En toda la organización divina, no hay nada más hermoso que el plan de darles a los hombres y las mujeres diversidad de dones.  La iglesia es su jardín adornado con gran variedad de árboles, plantas y flores.  El no espera que el hisopo adquiera las proporciones de un cedro, ni que un olivo alcance la altura de la majestuosa palmera.  Muchos han recibido sólo una limitada educación religiosa e intelectual, pero Dios tiene una tarea para que estas personas la realicen, si trabajan humildemente, confiando en él...
Dones diferentes son impartidos a diferentes personas, para que los obreros sientan la necesidad unos de otros.  Dios los otorga para que sean empleados en su servicio; no para glorificar a su poseedor, ni para elevar al hombre, sino para exaltar al Redentor del mundo.  Deben ser utilizados para el bien de toda la humanidad, para representar la verdad, y no con el fin de testificar una falsedad... En cada palabra y acción se revelará bondad y amor; y cuando cada obrero ocupe fielmente el lugar que le corresponde, será respondida la oración de Cristo pidiendo la unidad de sus seguidores, y el mundo conocerá que éstos son sus discípulos.- Signs of the Times, 15 de marzo de 1910. 194

02. AGENTES DE DIOS.
¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos?  Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. (1 Corintios 3: 5).
No todos los siervos de Dios poseen los mismos dones, pero todos son sus obreros, y deben aprender del gran Maestro para poder comunicar lo que han aprendido.  Tampoco todos realizan la misma tarea, pero bajo la influencia santificadora del Espíritu Santo son agentes de Dios y como tales necesitan una diversidad de dones en su obra de rescatar servidores del ejército de Satanás.
"Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor" (1 Cor. 3: 8).  El Señor, y no el hombre, es el juez de las obras humanas, y él dará a cada uno su recompensa justa.  No es tarea de ningún ser humano constituirse en juez entre los distintos siervos de Dios.  Sólo el Señor es juez y galardonador de cada buena obra.
"El que planta y el que riega son una misma cosa", y están ocupados en la misma tarea, la salvación de las personas.  "Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios" (1 Cor. 3: 9).  En estas palabras, la iglesia es comparada con un campo de cultivo en el cual deben trabajar los labradores cuidando las vides plantadas por el Señor, y también a un edificio que se convertirá en el santo templo del Señor.  Cristo es el obrero maestro.  Todos deben trabajar bajo su supervisión, permitiéndole obrar a él en favor de sus servidores, y también mediante ellos.  El les da tacto y destreza, y, si obedecen sus instrucciones, coronará con éxito su labor.
Nadie debe quejarse contra Dios, quien ha señalado a cada hombre su tarea.  El que murmura y se enoja, el que quiere seguir su propio camino, y el que desea modelar a sus compañeros de trabajo de acuerdo con sus propias ideas, necesita el toque divino antes de estar calificado para actuar en cualquier línea de trabajo.  A menos que sea transformado, seguramente echará a perder la obra.
Recuerden que somos obreros junto con Dios.  Él es el motor eficaz, todopoderoso.  Sus siervos son sus instrumentos.
 Review and Herald, 11 de diciembre de 1900. 195

03. CÓMO LLEGAR A SER AGENTES DE SALVACIÓN.
Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. 
(2 Corintios 4: 6).
Los cristianos en verdad son los representantes de Jesucristo; no deben ser hipócritas.  El mundo, ¿formará sus opiniones acerca de Dios mediante la conducta de los que sólo toman el nombre de Cristo pero no hacen sus obras?  Quienes los observan, ¿señalarán a los que pretenden ser cristianos, pero que no son creyentes de corazón, que traicionan las sagradas creencias y practican las obras del enemigo, diciendo: "Oh, éstos son cristianos, y engañan y mienten, y no son confiables"?  Estos no son los que representan realmente a Dios.
Pero Dios no dejará que el mundo sea engañado.  El Señor tiene un pueblo especial sobre la tierra, y no se avergüenza de llamarlos hermanos, porque realizan la obra de Dios.  Manifiestan que lo aman porque guardan sus mandamientos.  Llevan la imagen divina.  Son un espectáculo para el mundo, para los ángeles y para los hombres.  Al cooperar con las inteligencias celestiales, el Señor es honrado y glorificado por los que hacen la mayor parte de las obras buenas.
La verdadera piedad de corazón se manifiesta a través de las buenas palabras y obras; los hombres las ven y son guiados por ellas a glorificar a Dios.  El cristiano verdadero abunda en buenas obras; lleva mucho fruto.  Alimenta a los hambrientos, viste a los desnudos, visita a los enfermos y ministra a los afligidos.  Los cristianos se interesan sinceramente en los niños que los rodean, quienes, mediante las sutiles tentaciones del enemigo, están listos para perecer... A nuestro alrededor hay jóvenes con quienes los miembros de la iglesia tienen una deuda; porque Cristo murió por ellos sobre la cruz del Calvario para comprarles el don de la salvación.  Son preciosos a la vista de Dios, y es por eso que les desea su felicidad eterna.
La obra salvadora de Cristo sólo estará completa cuando los miembros de la iglesia hagan su parte al levantarse y brillar porque ha llegado su luz, y la gloria del Señor se ha manifestado sobre ellos.  Cristo pide la cooperación voluntaria de parte de sus instrumentos para llevar a cabo la salvación de las personas en forma consecuente y con todo fervor.-Review and Herald, 29 de enero de 1895. 196

04. UTILIZADO COMO UN PODER PARA DIOS.
Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.  Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro palabra de ciencia según el mismo Espíritu. 
(1 Corintios 12: 7, 8.)
Un obrero puede ser un orador efectivo; otro, un escritor preparado; hay quien puede tener el don de la oración sincera, diligente y ferviente; o el don del canto; otro, una facultad especial para explicar la Palabra de Dios con claridad.  Sin embargo cada don debe convertirse en un poder para Dios, porque él obra junto con sus servidores.  A uno le da palabra de sabiduría, a otro conocimiento, a otro fe; pero todos deben trabajar bajo la misma cabeza.  La diversidad de dones lleva a una diversidad de operaciones, pero "Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo" (1 Cor. 12: 6).
El Señor desea que sus siervos escogidos aprendan a unirse en un esfuerzo armonioso.  A alguno puede parecerle que es demasiado el contraste entre sus dones y los de un compañero de tareas como para unirlos en un esfuerzo concertado.  Pero cuando recuerden que hay mentes diferentes que deben ser alcanzadas, y que algunos rechazarán la verdad como la presenta un obrero y sólo abrirán sus corazones cuando otro la exponga de manera diferente, entonces se esforzarán esperanzadamente por trabajar juntos en unidad.  Sus talentos, no importa cuán diversos sean, deben estar bajo el control del mismo Espíritu.  En cada palabra y acción, se revelarán bondad y amor; y cuando cada servidor cumpla fielmente con la tarea asignada, quedará contestada la oración de Cristo pidiendo la unidad de sus seguidores, y el mundo conocerá que éstos son sus discípulos.
Los servidores de Dios deben unirse unos con otros en amante simpatía y confianza.  El que dice o hace cualquier cosa que tienda a separar a los miembros de la iglesia de Cristo está contrarrestando el propósito del Señor.  Los altercados, la disensión en la iglesia y el alentar sospechas e incredulidad, deshonran a Cristo.  Dios desea que sus siervos cultiven el afecto cristiano unos con otros. 
Testimonies, t. 9, pp. 144, 145. 197

05. UNA FE DADA POR DIOS.
A otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. (1 Corintios 12: 9.)
La fe también es un don de Dios.  La fe es el asentimiento de la comprensión humana a las palabras de Dios, lo que liga el corazón a su servicio. ¿Y de quién es la comprensión humana, si no es de Dios? ¿De quién es el corazón, si no es de Dios?  Tener fe significa entregarle a Dios el intelecto y la energía que hemos recibido de él; por lo tanto, los que ejercitan la fe no merecen ningún crédito.  Los que confían firmemente en un Padre celestial pueden creer en él con una confianza ilimitada; los que por la fe pueden mirar más allá de la tumba a las realidades eternas, deben confesar a su Hacedor: "Todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos" (1 Crón. 29: 14).
Ningún hombre tiene el derecho a considerarse propio.  Y ninguna persona posee alguna cosa buena que pueda llamar propia. Todos los seres humanos y todas las cosas son propiedad del Señor.  Todo cuanto el hombre recibe de la generosidad del cielo sigue siendo del Señor.  Todo conocimiento que el ser humano obtenga de cualquier forma, que le ayude a ser un obrero inteligente en la causa de Dios, proviene del Señor, y debería ser impartido por el agente humano a otros a fin de que, a su vez, ellos puedan llegar a ser obreros valiosos.  A quien se le hayan entregado dones excepcionales debería devolver a los depósitos del Señor lo recibido, dando libremente a otros el beneficio de sus bendiciones.  De este modo será honrado y glorificado...
Las capacidades otorgadas por el cielo no deben ser utilizadas para fines egoístas.  Toda energía, toda dotación de capacidades son talentos que tienen que contribuir a la gloria de Dios usándolos en su servicio.  
Sus dones han de ser entregados a los cambistas, para que él pueda recibir lo suyo con usura.  Los talentos que capacitan a un hombre para el servicio le son confiados para que él mismo pueda ser un obrero idóneo, y para enseñar a ser útiles a otros que en algún sentido son deficientes.- Review and Herald, 1º de diciembre de 1904. 198

06. FE QUE OBRA.
¿Y qué más digo?  Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.  
(Hebreos 11: 32-34.)
La fe significa confiar en Dios, creer que nos ama y sabe mejor qué es lo que nos conviene.  Por eso nos induce a escoger su camino en lugar del nuestro.  En vez de nuestra ignorancia, acepta su sabiduría; en vez de nuestra debilidad, su fuerza; en vez de nuestra pecaminosidad, su justicia.  Nuestra vida, nosotros mismos, ya somos suyos; la fe reconoce su derecho de propiedad, y acepta su bendición.  La verdad, la justicia y la pureza han sido señaladas como los secretos del éxito en la vida.  Es la fe la que nos pone en posesión de estos principios.
Todo buen impulso o aspiración es un don de Dios; la fe recibe de Dios la única vida que puede producir desarrollo y eficiencia verdaderos.
Se debería explicar claramente cómo se puede ejercer fe.  Toda promesa de Dios tiene ciertas condiciones.  Si estamos dispuestos a hacer su voluntad, toda su fuerza nos pertenece.  Cualquier don que nos prometa se encuentra en la promesa misma.  "La semilla es la palabra de Dios" (Luc. 8: 11).  Tan ciertamente como se encuentra la semilla del roble en la bellota, se encuentra el don de Dios en su promesa.  Si recibimos la promesa, recibimos el don.
La fe que nos capacita para recibir los dones de Dios, es en sí misma un don del cual se imparte una porción a cada ser humano.  Aumenta a medida que se la usa para asimilar la Palabra de Dios.  A fin de fortalecer la fe debemos ponerla a menudo en contacto con la Palabra.
Al estudiar la Biblia, el estudiante debería ser inducido a ver el poder de la Palabra de Dios.  En ocasión de la creación, 
"él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió". 
 El "llama las cosas que no son, como si fuesen" (Sal. 33:9; Rom. 4:17), porque cuando las llama, entonces existen. 
La educación, pp. 253, 254. 199

07. EL DON DEL HABLA.
Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
 (2 Timoteo 4: 2.)
El poder del habla es un talento que debería ser diligentemente cultivado.  De todos los dones que hemos recibido de Dios, ninguno es capaz de ser una bendición mayor que éste. Con la voz convencemos y persuadimos; con ella alabamos y oramos a Dios; y con ella contamos a otros del amor del Redentor.  No se pronuncie ninguna palabra con imprudencia.  Ninguna expresión maligna ni frívola, y ninguna queja irritada o sugerencia impura ha de escapar de los labios de quien sigue a Cristo.
Escribiendo por inspiración del Espíritu Santo, el apóstol Pablo dice: "Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca" (Efe. 4: 29).  "Corrompida" no significa sólo una palabra soez.  Implica cualquier expresión contraria a los santos principios y a la religión pura e incorruptible.  Incluye indirectas impuras y encubiertas sugerencias del mal.  A menos que se las resista inmediatamente, conducirán a grandes pecados.
Sobre cada familia y cada cristiano descansa el deber de cerrar el camino al lenguaje corrompido.  Cuando estamos en la compañía de quienes hablan necedades, si fuera posible, es nuestro deber cambiar el tema de la conversación.  Mediante la ayuda de la gracia de Dios, deberíamos tratar de introducir temas que dirijan la conversación hacia cauces provechosos.
Nuestras palabras deberían ser de alabanza y gratitud.  La conversación revelará si la mente y el corazón están llenos del amor de Dios.  No será difícil impartir lo que entra en nuestra vida espiritual.  Grandes pensamientos, nobles aspiraciones, una clara percepción de la verdad, propósitos abnegados, ansias de piedad y de santidad, producirán su fruto en palabras que revelen el carácter del tesoro del corazón.  Cuando Cristo sea así revelado en nuestra manera de hablar, tendrá el poder de ganar conversos para él.
Tenemos que hablar de Cristo a quienes no lo conocen.  Debemos hacer lo que él hizo.  Dondequiera se encontraba, en la sinagoga, por el camino, en el barco un poco alejado de la orilla, en la fiesta del fariseo o en la mesa del publicano, hablaba a los hombres de las cosas de la vida superior.- Signs of the Times, 2 de julio de 1902. 200

08. EL DON DEL CANTO.
¿Qué, pues?  Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento. (Corintios 14: 15).
El Señor está llamando a su pueblo a iniciar diferentes líneas de trabajo misionero y a sembrar junto a todas las aguas.  Hacemos sólo una pequeña parte de la obra que él desea que realicemos entre nuestros vecinos y amigos.  Mediante la bondad hacia los pobres, los enfermos o los acongojados tendremos influencia sobre ellos, y la verdad divina hallará acceso a sus corazones.  No debería pasarse por alto ninguna oportunidad como ésta para el servicio, pues constituye la acción misionera del más alto carácter que podamos realizar.  La presentación de la verdad de casa en casa, con amor y simpatía, está en armonía con las instrucciones de Cristo a sus discípulos cuando los envió en su primera gira misionera.
Se necesita a los que tienen el don del canto.  Este es uno de los medios más eficaces para imprimir verdades espirituales en el corazón.  Mediante las palabras del canto sagrado, a menudo se abren las fuentes del arrepentimiento y la fe.  Se debería educar a miembros de la iglesia, jóvenes y de mayor edad, para salir a proclamar este mensaje final al mundo.  Si van con humildad, los ángeles de Dios los acompañarán enseñándoles cómo alzar sus voces en oración, cómo elevarlas en cantos y cómo proclamar el mensaje del evangelio para esta hora. 
Jóvenes y señoritas, inicien la obra para la que Dios los llama.  Cristo les enseñará a usar sus capacidades con buenos resultados.  A medida que reciban la influencia renovadora del Espíritu Santo y procuren enseñar a otros, sus mentes serán renovadas, y podrán presentar palabras nuevas y maravillosamente hermosas a sus oyentes.  Oren y canten, y hablen la Palabra...
Dios quiere que su pueblo reciba para impartir.  Como testigos abnegados e imparciales, han de dar a otros lo que el Señor les dio a ellos.  Y al ingresar en esta obra por cualquier medio a su alcance, procuren llegar a los corazones de una manera tal que eliminen el prejuicio en vez de crearlo.  Estudien la vida de Cristo constantemente, y, siguiendo su ejemplo, trabajen como él lo hizo. 
Review and Herald, 6 de junio de 1912. 201

09. EL DON DE SANIDAD.
¿Está alguno enfermo entre vosotros?  Llame a los ancianos de la Iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.  Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.  (Santiago 5: 14, 15.)
El poder de Cristo para detener la enfermedad en lo pasado ha sido revelado en forma admirable.  Antes que fuéramos bendecidos con instituciones para ayudar a los enfermos en sus sufrimientos, mediante tratamientos diligentes y oraciones fervientes con fe en Dios tuvimos éxitos notables con casos aparentemente sin esperanza.  Hoy el Señor invita a los que sufren a que tengan fe en él.  La necesidad del hombre es la oportunidad de Dios.
"Salió Jesús de allí y vino a su tierra, y le seguían sus discípulos.  Y llegado el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene éste estas cosas?  ¿Y qué sabiduría es, esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos? ¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas?  Y se escandalizaban de él.  Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa.  Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos.  Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos" (Mar. 6: 1-6).
Con todo tratamiento que damos a los enfermos, debería ofrecerse oraciones sencillas y fervientes pidiendo la bendición de la salud.  Señalemos a los enfermos al compasivo Salvador y su poder de perdonar y de sanar.  Mediante su providencia gratuita pueden ser restaurados.  A los sufrientes señalen a su Abogado en las cortes celestiales.  Díganles que Cristo sanará al enfermo si se arrepiente y abandona la transgresión de las leyes de Dios.  Hay un Salvador que se manifestará en nuestros sanatorios para sanar a los que se sometan a él.  Los sufrientes pueden unirse con ustedes en oración, confesando su pecado y recibiendo el perdón. 
Manuscript Releases, t. 8, pp. 267, 268. 202

10. PODER SANADOR MEDIANTE EL GRAN MEDICO.
Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados; y toda la ciudad se agolpó a la puerta.  Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían.  (Marcos 1: 32-34).
Al darnos a su Hijo, el Padre dio el don más costoso que el cielo podía conceder.  Es nuestro privilegio usar este don al ministrar a los enfermos.  Dependan de Cristo.  Entreguen cada caso al gran Médico; permítanle que él dirija cada operación.  La oración ofrecida con sinceridad y fe será escuchada.  Esto dará confianza a los médicos y valor al sufriente.
Se me ha instruido que deberíamos conducir a los enfermos de nuestras instituciones a esperar grandes cosas por causa de la fe del médico en el gran Sanador, quien, en los años de su ministerio terrenal, recorrió las aldeas y los pueblos de la tierra y sanaba a todos cuantos venían a él. Ninguno fue rechazado; los sanó a todos.  Induzcan a los enfermos a que perciban que, aunque invisible, Cristo está presente para traer alivio y sanidad.
Después de su resurrección, Cristo habló con sus discípulos y durante cuarenta días los instruyó acerca de su obra futura.  El día de su ascensión, se encontró con ellos en un monte de Galilea que les había indicado.  Y les dijo: "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.  Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mat. 28: 18-20).  Es el privilegio de cada médico y de cada sufriente creer en esta promesa; es la vida para todo creyente. 
Letter B82, 1908 (Loma Linda Messages, p. 355). 203

11. EL DON DE SANIDAD NO REEMPLAZA A LAS INSTITUCIONES.
Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio.  Y al instante la lepra se fue de él.  Y él le mandó que no lo dijese a nadie; sino ve, le dijo, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tú purificación, según mandó Moisés, para testimonio a ellos.  
(Lucas 5: 13, 14).
A menudo, unos u otros preguntan: "¿Por qué depender tanto de los sanatorios? ¿Por qué no oramos por un sanamiento milagroso del enfermo, como lo solía hacer el pueblo de Dios?" En los comienzos de nuestra obra muchos fueron sanados por la oración.  Y algunos, después de haber sido curados, continuaron con los mismos malos hábitos del apetito que habían seguido anteriormente.  No vivieron ni trabajaron para evitar la enfermedad.  No mostraron aprecio por la bondad de Dios hacia ellos.  Una y otra vez cosecharon el sufrimiento por su propio descuido y negligencia. ¿Cómo puede Dios, que les otorgó el don de la sanidad, ser glorificado así?
Cuando recibimos luz acerca de la necesidad de tener un sanatorio, se indicó claramente la razón.  Hay muchos que necesitaban ser educados con respecto a la vida saludable.  Debía proveerse un lugar adonde llevar al enfermo, para poder enseñársela cómo conservar la salud...
Se debería continuar con la exposición de temas como medio de enseñar a los pacientes acerca de cómo evitar la enfermedad gracias a una acción sabia.  Mediante estas clases se puede mostrar a los enfermos que recae sobre ellos la responsabilidad de mantener el cuerpo en la condición más saludable, porque es la posesión adquirida del Señor.  La mente, el corazón y el cuerpo fueron comprados por precio. "No sois vuestros... porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios" (1 Cor. 6: 19, 20)...
En la providencia de Dios se ha dado instrucción de establecer sanatorios, a fin de que los enfermos sean atraídos a ellos, para aprender cómo vivir saludablemente.  El establecimiento de sanatorios es una disposición providencial, mediante la cual la gente de todas las iglesias puede ser alcanzada y puesta en conocimiento de la verdad salvadora para este tiempo. 
Manuscript Releases, t. 7, pp. 378, 379. 204

12. NO TODA SANIDAD PROCEDE DEL ESPÍRITU.
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera, demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?  Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. 
(Mateo 7: 22, 23).
Necesitamos estar anclados en Cristo, arraigados y fundados en la fe. Satanás actúa mediante sus agentes.  Elige a quienes no están bebiendo de las aguas vivas, cuyas mentes están sedientas por algo nuevo o extraño y siempre listas a beber de cualquier fuente que se les presente.  Se escucharán voces que dirán: "Mirad, aquí está el Cristo".  "Mirad, allí está", pero "no les creáis" (Mat. 24: 23).  Tenemos evidencias inequívocas de la voz del verdadero Pastor, y él nos llama a que lo sigamos.  Dice: "Yo he guardado los mandamientos de mi Padre" (Juan 15: 10).  El conduce a sus ovejas por el sendero de la sincera obediencia a la ley de Dios, pero nunca los estimula a la transgresión de ella.
"La voz de los extraños" es la voz de quien ni respeta ni obedece la ley santa, justa y buena.  Muchos hacen gran profesión de santidad, y se jactan de las maravillas que realizan al sanar a los enfermos, cuando en realidad ellos no toman en cuenta esta gran norma de justicia.  Entonces, ¿mediante el poder de quién realizan tales sanamientos?
Si los que ejecutan estos sanamientos están dispuestos, por causa de esas manifestaciones, a excusar su desobediencia a la ley de Dios y continúan en esta actitud, aunque desplieguen toda clase de poder, eso no quiere decir que tengan el poder de Dios.  Por el contrario, es el poder del gran engañador el que obra los milagros.  Transgrede la ley moral, y emplea todo artificio que puede para impedir que los hombres disciernan su verdadero carácter.  Se nos advierte que en los últimos días obrará con señales y milagros mentirosos.  Continuará con estos portentos hasta el fin del tiempo de gracia, para usarlos como evidencia de que es un ángel de luz y no de oscuridad. 
Review and Herald, 17 de noviembre de 1885. 205

13. OCURRIRÁN OTRA VEZ MILAGROS VERDADEROS.
Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.  (Apocalipsis 14: 12).
La gran obra de evangelización no terminará con menor manifestación del poder divino que la que señaló el principio de ella.  Las profecías que se cumplieron en tiempo de la efusión de la lluvia temprana, al principio del ministerio evangélico, deben volverse a cumplir en tiempos de la lluvia tardía, al fin de dicho ministerio.  Esos son los "tiempos de refrigerio" en que pensaba el apóstol Pedro cuando dijo: "Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor, y enviará a Jesucristo" (Hech. 3: 19, 20).
Vendrán siervos de Dios con semblantes iluminados y resplandecientes de santa consagración, y se apresurarán de lugar en lugar para proclamar el mensaje celestial.  Miles de voces predicarán el mensaje por toda la tierra.  Se realizarán milagros, los enfermos sanarán y signos y prodigios seguirán a los creyentes.  Satanás también efectuará sus falsos milagros, al punto de hacer caer fuego del cielo a la vista de los hombres (Apoc. 13: 13).  Es así como los habitantes de la tierra tendrán que decidirse en pro o en contra de la verdad.
El mensaje no será llevado adelante tanto con argumentos como por medio de la convicción profunda inspirada por el Espíritu de Dios.  Los argumentos ya fueron presentados.  Sembrada está la semilla, y brotará y dará frutos.  Las publicaciones distribuidas por los misioneros han ejercido su influencia; sin embargo, muchos cuyo espíritu fue impresionado han sido impedidos de entender la verdad por completo o de obedecerla.  Pero entonces los rayos de luz penetrarán por todas partes, la verdad aparecerá en toda su claridad, y los sinceros hijos de Dios romperán las ligaduras que los tenían sujetos.  Los lazos de familia y las relaciones de la iglesia serán impotentes para detenerlos.  La verdad les será más preciosa que cualquier otra cosa.  A pesar de los poderes coligados contra la verdad, un sinnúmero de personas se alistará en las filas del Señor.- El gran conflicto, pp. 669, 670. 206

14. EL DON DE LENGUAS: FACILIDAD PARA IDIOMAS EXTRANJEROS.
Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo.  Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua.  Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?  (Hechos 2: 5-8.)
"Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.  Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen" (Hech. 2: 3, 4).  El Espíritu Santo, asumiendo la forma de lenguas de fuego, descansó sobre los que estaban congregados.  Esto era un emblema del don entonces concedido a los discípulos, que los habilitaba para hablar con facilidad idiomas antes desconocidos para ellos.  La apariencia de fuego significaba el celo ferviente con que los apóstoles iban a trabajar, y el poder que iba a acompañar su obra.
"Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo" (Hech. 2: 5).  Durante la dispersión, los judíos habían sido esparcidos por casi todos los lugares del mundo habitado, y en su destierro habían aprendido a hablar varios idiomas.  Muchos de esos judíos estaban en esa ocasión en Jerusalén, asistiendo a las festividades religiosas que se celebraban.  Toda lengua conocida estaba representada por la multitud allí reunida.  Esta diversidad de idiomas hubiera sido un gran obstáculo para la proclamación del evangelio; por lo tanto, Dios suplió de una manera milagrosa la deficiencia de los apóstoles.  El Espíritu Santo hizo por ellos lo que los discípulos no hubieran podido llevar a cabo en todo el curso de su vida.  Ellos podían ahora proclamar las verdades del evangelio extensamente, pues hablaban con corrección los idiomas de aquellos por quienes trabajaban.
Este don milagroso era una evidencia poderosa para el mundo de que la comisión de ellos llevaba el sello del cielo.  De allí en adelante, el habla de los discípulos fue pura, sencilla y correcta, ya hablaran en su idioma nativo o en idioma extranjero.
 Los hechos de los apóstoles, pp. 32, 33. 207

15. LENGUAS: PARA PREDICAR EL EVANGELIO.
Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís?  Porque hablaréis al aire.  Tantas clases de idiomas hay, seguramente, en el mundo, y ninguno de ellos carece de significado.  Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí. (1 Corintios 14: 9-11).
Los ministros que sirven con la palabra y la doctrina deberían ser obreros cabales, y presentar la verdad en toda su pureza, pero con sencillez.  Deberían también alimentar al rebaño con alimento limpio, debidamente aventado.  Hay estrellas errantes que profesan ser ministros enviados por Dios, que predican el sábado de un lugar a otro, pero al tener la verdad mezclada con el error, confunden a la gente con su mezcolanza de posiciones discordantes.  Satanás los ha introducido para fastidiar a los incrédulos que son inteligentes y sensibles.
Algunos de ellos hablan mucho acerca de los dones, y a menudo causan mucha ansiedad.  Se entregan a emociones turbulentas y excitantes y producen sonidos ininteligibles que ellos llaman el don de lenguas.  Cierta clase de personas parecen quedar encantadas con estas extrañas manifestaciones.  Un espíritu raro conduce a esta gente.  Están listos para aplastar y pasar por sobre cualquiera que los reprenda.  El Espíritu de Dios no está en esa actitud y tampoco ayuda a tales obreros.  Tienen otro espíritu, y sin embargo, dichos predicadores logran éxito con ese tipo de personas.  Esto aumentará grandemente el trabajo de los siervos a quienes Dios enviará, y que están calificados para presentar el sábado y los dones de manera apropiada a la gente, y cuya influencia y ejemplo son dignos de imitar.
La verdad debería ser presentada de una forma que la haga atractiva a las mentes inteligentes.  No somos comprendidos como pueblo, sino que nos consideran como pobres, de mente débil, baja y degradada.  Por esto, cuán importante es que en todos los que enseñan, y cuantos crean la verdad, sean muy evidentes los efectos de una influencia santificadora, y que sus vidas nobles y consecuentes muestren a los no creyentes que ellos han sido engañados con respecto a este pueblo.  Cuán grande es la importancia de que se elimine de la causa de la verdad todo lo que parezca una excitación falsa y fanática; que la verdad se levante sobre sus propios méritos y revele su verdadera pureza y carácter exaltado. -Testimonies, t. 1, p. 414. 208

16. PREDICAR A CRISTO: MÁS IMPORTANTE QUE LENGUAS Y MILAGROS.
¿Qué hay, pues, hermanos?  Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación.  Hágase todo para edificación.
 (1 Corintios 14: 26).
Hay una gran obra que hacer en nuestro mundo.  Hombres y mujeres deben ser convertidos, pero no por el don de lenguas ni por la realización de milagros, sino por la predicación de Cristo crucificado. ¿Por qué postergar el esfuerzo de hacer un mundo mejor? ¿Por qué esperar que se produzca alguna maravilla o se provea algún instrumento costoso?  No importa cuán humilde sea su esfera y cuán modesto su trabajo, si obra en armonía con las enseñanzas del Salvador, Jesús se revelará por su intermedio y su influencia atraerá a las personas hacia él.  Si buscan servir fervientemente al Señor, él honrará a los mansos y humildes.  En todo lo que hagamos, sea en el taller, en la granja o en la oficina, actuemos como para convertir a las personas.
Sembremos junto a todas las aguas, manteniendo el amor de Dios en nosotros, trabajando mientras es de día, y usando todos los medios que se nos confiaron para el servicio del Maestro.  Todo lo que nuestras manos encuentren para hacer, debemos realizarlo con alegría; todo sacrificio que se nos pida, tenemos que hacerlo alegremente.  Al sembrar junto a todas las aguas, percibamos la verdad de las palabras: "El que siembra generosamente, generosamente también segará" 
(2 Cor. 9: 6).
Debemos todo a la gracia, al don soberano de Dios.  La gracia conquistó nuestra redención, nuestra regeneración y nuestra adopción como herederos con Jesucristo.  Que esta gracia sea revelada a otros. 
El Salvador toma a quienes descubre que son moldeables y los usa para gloria de su nombre.  Emplea el material que otros pasarían por alto, y obra en todos los que se entregan a él.  Se deleita en tomar elementos aparentemente sin posibilidades -a quienes Satanás ha degradado y por medio de quienes ha trabajado-, y los convierte en objetos de su gracia.  Se regocija en librarlos del sufrimiento y de la ira que está a punto de caer sobre los desobedientes.  Convierte a sus hijos en sus agentes para la realización de esta obra; y en el éxito que alcanzan, aún en esta vida, ellos encuentran una preciosa recompensa. Review and Herald, 5 de enero de 1905. 209

17. BUSCANDO UN CAMINO MÁS EXCELENTE.
Procurad, pues, los dones mejores.  Mas yo os muestro un camino aún más excelente. (1 Corintios 12: 31).
Algunos están en peligro de ceder a la envidia porque otro podría lograr la supremacía.  Están expuestos a no reconocer los dones de sus colaboradores como tan necesarios para el éxito de la obra como los suyos propios.  Pero el verdadero amor a Dios lleva consigo la confianza verdadera y respetuosa.  Y quien ama a Dios amará también a su hermano.
No debe existir mandoneo, ni dominación, ni autoritarismo.  El amor de Dios debe fluir a través de la existencia como una corriente de vida generadora y sanadora.  El espíritu, las palabras y los actos de cada obrero tienen que mostrar que es consciente de que actúa en lugar de Cristo.  Sabe que el poder que recibe del gran Maestro es para educar a otros, y no para dominar o mandar.  Debe acudir a Cristo como quien desea aprender cómo instruir y ayudar a otros.
El contentamiento paciente y alegre es uno de los "mejores dones".  Así también el coraje para seguir en el sendero del deber, aun cuando éste nos separe de los amigos.  Pero el valor de la convicción nunca debe conducir a la obstinación que lleva al hombre a aferrarse a sus propias ideas.  Que todos velen y oren.
El talento del habla es un don maravilloso, que puede ser un gran poder para el bien o para el mal.
La capacidad intelectual, el buen gusto, la habilidad, el refinamiento y la verdadera exaltación son elementos que Dios usa para su obra.  Pero primero deben ser puestos bajo sujeción.  La presencia del Señor ha de ser un poder controlador.  Aquellos cuyos corazones se unan con el de Cristo, estarán adaptados a su voluntad y lo manifestarán en sus deseos y prácticas.
Fervientemente tenemos que aspirar a los mejores dones, pero esto no significa que intentaremos ser los primeros.  Debemos buscar anhelosamente seguir el ejemplo de Cristo, a fin de ser heraldos de su evangelio.  Esto es religión verdadera.  Vendrán las tentaciones; las sospechas y las malas conjeturas harán difícil conservar el espíritu de la vida superior; sin embargo, el Señor desea que caminemos hacia adelante en su bendita y santa luz. 
Pacific Union Recorder, 26 de julio de 1906. 210

18. DIOS PUEDE USAR LAS HABILIDADES COMUNES.
Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, Jehová ha nombrado a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte.  (Exodo 35: 30, 31).
La habilidad en las artes comunes es un don de Dios.  El provee tanto el don como la sabiduría para usarlo correctamente.  Cuando deseaba que se hiciera el tabernáculo, dijo: "Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte" (Exo. 31:2, 3).  Mediante el profeta Isaías, el Señor dijo: "Estad atentos, y oíd mi voz; atended, y oíd mi dicho.  El que ara para sembrar, ¿arará todo el día? ¿Romperá y quebrará los terrones de la tierra?  Cuando ha igualado su superficie, ¿no derrama el eneldo, siembra el comino, pone el trigo en hileras, y la cebada en el lugar señalado, y la avena en su borde apropiado? Porque su Dios le instruye y le enseña lo recto; que el eneldo no se trilla con trillo, ni sobre el comino se pasa rueda de carreta; sino que con un palo se sacude el eneldo, y el comino con una vara.  El grano se trilla; pero no lo trillará para siempre, ni lo comprime con la rueda de su carreta, ni lo quebranta con los dientes de su trillo.  También esto salió de Jehová de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y engrandecer la sabiduría" (Isa. 28: 23-29).
Dios otorga sus dones según le agrada.  Concede un don a una persona, y otro don a otra, pero todos son para beneficio de todo el cuerpo.  Está de acuerdo con el designio de Dios que unos sirvan en un ramo de trabajo y otros en otros ramos, sirviendo todos bajo el mismo Espíritu.  El reconocimiento de este plan será una salvaguardia contra la emulación, el orgullo, la envidia o el desprecio recíproco.  Fortalecerá la unidad y el amor mutuo. 
Consejos para los maestros, p. 240 (ed.  ACES, 1948). 211

19. PERSONAS COMUNES DOTADAS PARA SERVIR.
Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. (1 Samuel 16: 7).
Dios no acepta a los hombres por causa de sus habilidades, sino porque lo buscan a él deseando recibir su ayuda.  Dios no capta las cosas como el hombre.  Tampoco juzga por las apariencias.  Escudriña el corazón y juzga rectamente.  Dice así: "Miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra" (Isa. 66: 2).
El Señor acepta y tiene comunión con sus humildes y modestos seguidores, porque en ellos ve el más precioso material que soportará la prueba de la tormenta y la tempestad, el calor y la presión.
Al trabajar para el Maestro nuestro propósito debería ser que su nombre sea glorificado en la conversión de los pecadores.  Los que trabajan para ganar aplausos no son aprobados por Dios.
El Señor utiliza muchos dones en su obra de salvar a los perdidos.  En el futuro, hombres comunes serán impresionados por el Espíritu de Dios a dejar sus tareas para salir y proclamar el último mensaje de misericordia.  Para que el éxito corone sus esfuerzos se los deberá fortalecer y animar, y preparar para el servicio tan rápidamente como sea posible.  Cooperarán con los agentes celestiales invisibles, porque están dispuestos a gastarse y ser gastados en el servicio del Maestro.  Son colaboradores de Dios, y sus hermanos deben desearles éxito, orando por ellos cuando salen a cumplir la gran comisión.  Ninguno está autorizado a estorbar a tales mensajeros.  Deberán ser tratados con el mayor de los respetos.  No deben pronunciarse palabras de burla acerca de ellos mientras siembran la semilla del evangelio en los lugares difíciles de la tierra. -Review and Herald, 4 de julio de 1907. 212

20. NINGÚN DON ES SUPERIOR O INFERIOR.
Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. (Marcos 13: 34).
Jesús está ministrando en el santuario celestial, pero también está con sus servidores.  Dice: "Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mat. 28: 20).  Es el Director espiritual de su iglesia sobre la tierra, y desea ver a los feligreses determinados a trabajar en armonía para el avance de su reino.  El gran Maestro estableció una sucesión de servidores confiriéndoles su autoridad.  Escogió para su obra a hombres de talentos variados y diferentes habilidades, los cuales podrían no ser los que usted elegiría, pero que pasarán por una experiencia que lo llevará a ver que Dios exalta a quienes usted considera inferiores.
Cuando se realice el juicio y se abran los libros, muchos se sorprenderán por la evaluación del carácter que Dios hace.  Se darán cuenta de que él no mira como el hombre lo hace; que su juicio no es como el de los hombres.  Lee el corazón.  Conoce los motivos que impulsan las acciones, y reconoce y ensalza cada esfuerzo fiel hecho en su honor.  El Señor utiliza diversos dones en su obra.  Que ningún obrero piense que sus talentos son superiores a los de otro.  Permitan que Dios sea el juez.  El prueba y aprueba a sus siervos, y hace una evaluación justa de sus habilidades.  Él ha puesto en la iglesia una variedad de dones como para afrontar todas las necesidades de la diversidad de mentes con las cuales sus obreros entrarán en contacto.
El Señor ha dado a cada hombre su tarea, y cada creyente ha de hacer la obra que el Señor le dio.  No todos tienen los mismos dones o disposición.  Sin embargo, todos necesitan sentir diariamente el poder convertidor del Espíritu Santo a fin de llevar mucho fruto para el Señor.  No es el que predica el evangelio quien provee la eficiencia que trae éxito a sus esfuerzos.  Es el Obrero invisible que está detrás del ministro quien convence y convierte a las personas. 
Bible Training School, 1º de noviembre de 1909. 213

21. MÁS DONES: MÁS RESPONSABILIDAD.
Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.  A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.  (Mateo 25: 14, 15.)
A cada hombre se le dio su tarea.  Uno puede no ser capaz de hacer la obra para la cual otro ha sido adiestrado y educado.  Pero el trabajo de cada hombre debe comenzar en el corazón, y no depender de una teoría de la verdad.  La labor de quien se entrega a Dios y coopera con los agentes divinos revelará que un obrero es capaz y sabio, y que percibe cómo debe adaptarse a cada situación.  La raíz debe ser santa, o no habrá fruto santo.  Todos han de ser coobreros con Dios.  El yo no debe destacarse.  El Señor entregó talentos y habilidades a cada persona, y quienes hayan sido más altamente favorecidos con oportunidades y privilegios para escuchar la voz del Espíritu, tendrán mayor responsabilidad para con Dios.
Los que son representados como teniendo un solo talento también tienen una obra que hacer.  Al comerciar, no con pesos sino con centavos, deben emplear su habilidad con diligencia, decididos a no fracasar ni a desanimarse.  Pidan con fe y dependan del Espíritu Santo para trabajar en favor de los incrédulos.  Si dependieran de sus propias fuerzas, fracasarían. Quienes utilicen fielmente el único talento que poseen, escucharán con la misma alegría la bendita felicitación dirigida tanto a ellos como a los que han recibido muchos dones y los utilizaron con sabiduría: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor" (Mat 25: 21, 23).
El Señor considera el espíritu de humildad con que se hace la obra.  Quien recibe sólo un talento tiene una influencia que ejercer; su obra es necesaria.  Al perfeccionar su propio carácter, y al aprender en la escuela de Cristo, ejercerá una influencia que ayudará a perfeccionar el carácter de quienes tienen mayores responsabilidades, los cuales se hallaban en peligro de edificarse a sí mismos y de descuidar algunas cosas pequeñas, pero importantes, que ese hombre fiel de un solo talento consideraba con cuidado diligente. 
Notebook Leafiets, t. 1, pp. 129, 130. 214

22. LOS JÓVENES DOTADOS PARA SER CANALES VIVIENTES.
Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.  Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.  No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. (1 Timoteo 4: 12-14).
Cada joven debería considerarse de valor ante Dios, porque ha sido dotado del don más valioso que puede otorgarse.  Es su privilegio ser un canal viviente mediante el cual Dios puede transmitir los tesoros de su gracia, las inescrutables riquezas de Cristo.
Nuestros pecados pueden ser como montañas ante nosotros, pero si humillamos nuestro corazón y los confesamos, confiando en los méritos de un Salvador crucificado y resucitado, seremos perdonados y limpiados de nuestra impiedad.  Nuestra salvación revela la profundidad del amor del Salvador.  Si aceptamos esta salvación, nuestro testimonio será: "En quien tenemos redención por su sangre" (Efe. 1: 7).  La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús nos ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.  Somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó y se dio a sí mismo por nosotros.
Es aquí, justamente aquí, en el mundo, donde debemos utilizar nuestros talentos.  Tenemos que guiar a las personas al "Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1: 29).  Es nuestra tarea y, mediante nuestras vidas, debería ser nuestro placer presentar las insondables riquezas de Cristo.  Podemos progresar diariamente en el sendero de la santidad, y sin embargo encontrar mayores alturas que alcanzar.  Cada ejercicio de los músculos espirituales y todo esfuerzo del corazón y la mente traerán a luz la abundancia de la provisión de gracia que necesitamos para avanzar.  Cuanto más meditemos en los temas eternos, tanto más revelaremos los méritos del sacrificio del Salvador, la protección de su justicia, la plenitud de su sabiduría y su poder para presentarnos ante el Padre sin mancha, ni arruga ni cosa semejante. The Youth's Instructor, 30 de noviembre de 1899. 215

23. LAS MUJERES DOTADAS PARA BENEFICIAR A LA HUMANIDAD.
Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo:  Me dijo todo lo que he hecho.  Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días.  Y creyeron muchos más por la palabra de él, y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el, Salvador del mundo, el Cristo. 
(Juan 4: 39-42).
Las mujeres pueden hacer una gran; obra para Dios, siempre y cuando primero aprendan la preciosa e importante lección de la mansedumbre en la escuela de Cristo.  Podrán beneficiar a la humanidad si presentan la suficiencia plena que encontramos en Jesús.  Cuando cada feligrés perciba su responsabilidad individual, y cuando humildemente emprenda la tarea que tiene por delante, tendrá éxito.  Dios da a cada persona su obra de acuerdo con la habilidad que posee.
No será una tarea fácil trabajar para el Maestro en esta época.  Pero cuánta perplejidad se podría evitar si los obreros dependieran continuamente de Dios y consideraran debidamente las instrucciones que él dio.  Nos dice: "De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría". (Rom. 12: 6-8).
Este es un tema que requiere un estudio crítico y cuidadoso.  Se cometen no pocos errores cuando las personas no obedecen esta instrucción.  Muchos a quienes se les confía una tarea modesta para hacer para el Maestro, pronto se sienten insatisfechos al pensar que ahora deberían ser maestros y líderes.  Quieren dejar su humilde ministerio que es tan importante como el de mayores responsabilidades.  Quienes se dedican a la visitación llegan a pensar que cualquiera puede hacer esta tarea de hablar palabras de simpatía y ánimo y de conducir a las personas en forma humilde y serena a una correcta comprensión de las Escrituras.  Pero es una obra que demanda mucha gracia, mucha paciencia y una dotación siempre creciente de sabiduría. 
Manuscript Releases, t. 11, pp. 278, 279. 216

24. MADRES DOTADAS PARA NUTRIR A SUS HIJOS.
Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. (2 Timoteo 1: 5).
La obra de la madre es la tarea que Dios le dio: criar a sus hijos en disciplina y amonestación del Señor.  El amor y el respeto a Dios debieran mantenerse siempre ante sus tiernas mentes.  Cuando se los corrija, hay que enseñarles a sentir que es Dios quien los amonesta, y que le desagradan el engaño, la mentira y la maldad.  De este modo, las mentes de los pequeños pueden estar tan conectadas con el Creador que todo lo que hagan o digan tendrá referencia a su gloria; en años posteriores no serán como una caña agitada por el viento, oscilando siempre entre las inclinaciones y el deber.
Si durante sus años tiernos la mente de los niños se llena de imágenes placenteras de verdad, de pureza y de bondad, se formará en ellos el gusto por lo que es puro y elevado, y su imaginación no será fácilmente corrompida o contaminada.  En cambio, si se sigue la conducta opuesta, si la mente de los padres se espacia continuamente en escenas viles, si su conversación se explaya sobre rasgos defectuosos de carácter, y si forman el hábito de quejarse por la conducta de otros, los pequeños aprenderán las palabras y expresiones de desprecio, y seguirán el ejemplo perjudicial.  En su vida futura, esa mala impresión se adherirá a ellos como una mancha de lepra.
Las semillas sembradas en la infancia por una madre cuidadosa y temerosa de Dios producirán árboles de justicia que florecerán y darán fruto. Las lecciones dadas por precepto y por ejemplo por un padre temeroso de Dios, con el tiempo producirán, como en el caso de José, una cosecha abundante.
¿Analizarán los padres su obra de educar y adiestrar a sus hijos, y considerarán si han cumplido todo su deber con esperanza y fe para que estos niños lleguen a ser una corona de gozo en el día del Señor? ¿Habrán trabajado por el bienestar de sus hijos de tal manera que Jesús, mediante el don de su Espíritu, al mirarlos desde el cielo pueda santificar sus esfuerzos?  Padres, de ustedes depende el preparar a sus hijos para ser de máxima utilidad en esta vida, y para compartir con ellos al final la gloria que ha de venir.
 Good Health, 1º de enero de 1880. 217

25. ESTUDIANTES DOTADOS PARA SER TESTIGOS.
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. 
 (2 Timoteo 2: 15).
Estén los maestros y los estudiantes atentos para aprovechar las oportunidades de confesar a Cristo en su conversación.  Tal testimonio será más eficaz que muchos sermones...
Estudiantes, haced que vuestra vida escolar sea tan perfecta como fuere posible.  Pasaréis por este camino una sola vez, y son preciosas las oportunidades a vosotros concedidas. No sólo habréis de aprender a practicar las lecciones de Cristo.  Mientras os educáis, tenéis oportunidad de hablar de las maravillosas verdades de la Palabra de Dios.  Aprovechad toda oportunidad.  Dios bendecirá cada minuto pasado de esta manera.  Conservad vuestra sencillez y vuestro amor por las personas, y el Señor os conducirá por su senda segura.  La rica experiencia que adquiráis será de más valor para vosotros que el oro, la plata o las piedras preciosas.
No sabéis a qué puesto podréis ser llamados en lo futuro.  Dios puede usaros como empleó a Daniel, para comunicar el conocimiento de la verdad a los poderosos de la tierra.  Os incumbe decir si tendréis la habilidad y el conocimiento necesarios para hacer, esta obra.  Dios puede daros habilidad en todo vuestro saber.  Puede ayudaros para que os adaptéis a los ramos de estudio que emprendáis.  Haced que vuestro primer interés consista en adquirir principios correctos, nobles y elevadores.  Dios desea que testifiquéis por él.  No quiere que permanezcáis inmóviles; quiere que corráis en el camino de sus mandamientos.
Cristo desea emplear a todo estudiante como su agente.  Habéis de cooperar con Aquel que dio su vida por vosotros. ¡Qué ricas bendiciones recibirían nuestras escuelas si maestros y estudiantes se consagrasen, de corazón, mente, alma y fuerza, al servicio de Dios, para ser su mano auxiliadora! ¡Su mano auxiliadora!  Esto es lo que podéis ser si os entregáis a su custodia.  Él os conducirá con seguridad y os capacitará para que hagáis sendas rectas para vosotros mismos y para los demás.  Os dará conocimiento, sabiduría e idoneidad para un servicio más completo. 
Consejos para los maestros, pp. 429, 430 (ed.  ACES, 1948). 218

26. COLPORTORES DOTADOS PARA TESTIFICAR.
Sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos; y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas.  (Hechos 20: 19, 20).
Por la luz que Dios me ha dado, descansa mucha responsabilidad sobre los colportores.  Ellos deberían salir a su trabajo preparados para explicar las Escrituras, y no deberían decir o hacer nada que ate sus manos.  Si ellos ponen su confianza en el Señor mientras viajan de un lugar a otro, los ángeles de Dios los rodearán; pondrán en sus labios palabras que traigan luz, esperanza y valor a muchas personas.  Si no fuera por la obra de los colportores, muchos nunca oirían la verdad.
De todos los dones que Dios ha dado al hombre, ninguno es más noble ni de una bendición mayor que el don del habla, si es santificado por el Espíritu Santo.  Con la lengua convencemos y persuadimos; con ella ofrecemos oraciones y alabanza a Dios, y con ella transmitimos valiosos pensamientos acerca del amor del Redentor Mediante esta obra el colportor puede esparcir semillas de verdad, iluminando muchas mentes con la luz de la Palabra de Dios.
Sinceramente espero que ninguna mente reciba la impresión de que un ministro del evangelio se empequeñece cuando colporta.  Escuchen el testimonio del apóstol Pablo: "Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos; y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciamos y enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe, en nuestro Señor Jesucristo" (Hechos 20: 18-21).  El elocuente Pablo, a quien Dios se manifestó en forma notable, iba de casa en casa, con toda humildad de corazón, y con muchas lágrimas y pruebas. 
The Home Missionary, 1º de noviembre de 1896. 219

27. PASTORES Y MAESTROS HAN DE CONSTRUIR LA UNIDAD.
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.  (Efesios 4: 11-13).
A quienes deben ser sus agentes humanos el Señor ha dado talentos de capacidad y medios e influencia de acuerdo con su habilidad, para que en su servicio empleen estos dones con sabiduría.  Asignó a cada hombre su obra.  "Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros".
¿Por qué designar diversos obreros?  "A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo" 
(Efe. 4: 12-15).
De este texto podemos aprender que el Señor tiene designados sus obreros, y que la obra a ellos confiada tiene en vista un objetivo definido.  Profetas, apóstoles, evangelistas, pastores y maestros, todos han de trabajar para la perfección de los santos, para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo. ¿Este objetivo no es digno de cuidadosa atención? ¿No podemos discernir que en algún aspecto especial de la obra en favor de la iglesia ha habido descuido para que los santos no llegaran a la perfección que Dios espera?  Si la tarea del ministerio se hubiera hecho, la iglesia habría sido edificada y educada para la gran obra a ella entregada.  La verdad se habría presentado de tal manera que el Espíritu del Señor habría actuado sobre los corazones, y los pecadores se habrían convencido y convertido, y ya habrían tomado su lugar como seguidores de Cristo. 
Review and Herald, 7 de marzo de 1893. 220

28. LA RESPONSABILIDAD DE CADA HOMBRE, MUJER Y NIÑO.
Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.  Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel sobre mucho te pondré entra en el gozo de tu señor.  (Mateo 25: 20, 21.)
La parábola de los talentos debería ser materia de estudio y oración más cuidadosos, porque tiene una aplicación personal para cada hombre, mujer y niño que posean la capacidad de razonamiento.  La obligación y responsabilidad están en proporción a los talentos que Dios concede a cada uno.  No hay un solo seguidor de Cristo que no tenga un don peculiar para usar y del cual es responsable ante Dios.
Muchos han presentado excusas por no cumplir su servicio a Cristo diciendo que otros tienen mayores dones o ventajas que ellos.  Ha prevalecido la opinión de que sólo los que tienen talentos especiales deben santificar sus capacidades para el servicio de Dios.  Se ha llegado a entender que los dones se dan sólo a unos que son favorecidos con exclusión de otros, quienes, por supuesto, no son llamados a compartir las penurias o las recompensas.  Pero en la parábola el asunto no se presenta de este modo.  Cuando el señor de la casa llamó a sus siervos, dio a cada uno su obra.
Toda la familia de Dios está incluida en la responsabilidad de usar los bienes de su Señor.  Cada persona, desde la más insignificante y desconocida hasta la más importante y exaltada, es un agente moral dotado con capacidades por las cuales tiene responsabilidades ante Dios.  En grado mayor o menor, todos están a cargo de los talentos de su Señor.  Las capacidades espirituales, mentales y físicas, la influencia, la posición, las posesiones, los afectos y simpatías, todos son talentos preciosos para ser usados en la causa del Maestro, y cuyo fin es la salvación de las personas por las que él murió.
¡Cuán pocos aprecian estas bendiciones! ¡Cuán pocos buscan aprovechar sus talentos e incrementar su utilidad en el mundo!  El Maestro ha dado a cada persona su obra; la confianza depositada en él está en armonía con su habilidad, y en proporción con su capacidad.  Dios requiere que cada uno sea un obrero en su viña.  Usted ha de realizar la tarea que le fue asignada, y ha de hacerla con fidelidad.- Review and Herald, 1º de mayo de 1888. 221

29. PIDAMOS LOS DONES.
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.  
(Santiago 1: 5).
Quienes piden porque desean impartir no serán chasqueados.  Dios recompensará a quienes vienen a él con fe sincera.  Nos asegura que el pensamiento de su majestad y soberanía no debe atemorizamos.  Nos dará mucho más abundantemente de lo que pedimos si vamos al trono de su gracia.  Al suplir nuestras demandas destaca su soberanía como motivo de confianza en su grande y generosa abundancia.  Se compromete a escuchar nuestras oraciones, asegurándonos que las oirá.  Condesciende a apelar desde el instinto de la ternura paternal hasta la infinita benevolencia de Aquel a quien pertenecemos por creación y por redención.  Nos dice: "Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?" (Luc. 11: 13).  Los necesitados y hambrientos en espíritu nunca suplicarán en vano...
En vista de esto, díganme: ¿Quiénes deberían aparecer con rostros más luminosos, radiantes y alegres que quienes viven por fe en el Hijo de Dios?  En él los necesitados y hambrientos encuentran saciedad para todas sus carencias.  Pero no olvidemos, quienes han recibido de Dios las cosas buenas de esta vida deben ser sus manos ayudadoras para satisfacer la indigencia de los pobres.  Tienen que asociarse a él como obreros.  Deben ser sus mayordomos de confianza, y usar sus bienes para el avance de la obra de Dios.  Así su nombre será glorificado.
El Señor desea emplear a la iglesia como un canal mediante el cual pueda transmitir su liberalidad.  Si su pueblo mantuviera abierto este conducto, recibiendo los dones espirituales y temporales de su gracia para impartirlos a los necesitados, no habría ningún enfermo descuidado ni huérfano llorando por alimento.  Las viudas y los huérfanos cantarían de gozo.
Dios ha dado al hombre el más valioso de sus dones.  Ha procedido así para que el hombre pueda distribuir la abundancia de la gracia divina.  Bible Echo, 12 de agosto de 1901. 222

30. SE PROMETE AYUDA PARA ENCONTRAR EL DON PERSONAL.
Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. (1 Corintios 12: 11).
Debemos ser guiados y controlados por el mismo Espíritu, pero, para que esto sea así, no es necesario que todos tengan los mismos dones.  "Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.  Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.  Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo" (1 Cor. 12: 4-6), a fin de conducir estas diferentes funciones a un desempeño en perfecta armonía.  Dios estableció a cada miembro en el cuerpo según su beneplácito.  A cada persona le asignó un lugar y una obra específica.  Si usted tiene alguna duda en cuanto a la suya, ore a Dios para que lo guíe; le asignará su obra.  Dios nos ha dicho expresamente que ha colocado a cada persona en su puesto.
"Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.  A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.  Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere" (1 Cor. 12: 8-11).
"Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo... Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres... Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo" (Efe. 4: 7-13).  Aquí se muestra a todos los miembros de la iglesia de Dios actuando en sus diferentes funciones, bajo la supervisión del gran maestro Obrero, quien sabe exactamente qué debe hacer cada uno de los que están a su servicio para atender las necesidades que surgen. 
Bible Training School, 1º de abril de 1903. 223

31. SINTAMOS LA NECESIDAD DE LOS DONES ESPIRITUALES.
Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.  Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús. (1 Timoteo 1: 12- 14).
Quienes quieran tener éxito en ganar conversos para Cristo deben llevar consigo la influencia del Espíritu Santo.  Pero, cuán poco se conoce respecto a su actuación.  Se ha dicho muy poco acerca de la importancia de estar imbuidos del Espíritu Santo.  Sin embargo, es mediante el Espíritu Santo como las personas son atraídas a Cristo, y sólo por su poder el ser humano puede ser purificado.  El Salvador dijo: "Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado de justicia y de juicio" (Juan 16: 8).
Cristo ha prometido el don del Espíritu Santo a su iglesia, pero cuán poco se aprecia esta promesa y se siente este poder en ella.  Además, pocas veces se habla acerca de este poder a la gente.  El Salvador dijo: "Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hech. 1: 8).  Con la recepción de esta virtud todos los demás dones son nuestros.  
Necesitamos tener este don de acuerdo con la plenitud de las riquezas de la gracia de Jesús, puesto que él está listo a darlo a cada persona de acuerdo con su capacidad de recibir.  Entonces, no quedemos satisfechos con sólo un poco de esta bendición, apenas una medida que nos evite la somnolencia moral, sino que seamos diligentes en buscar la abundancia de la gracia de Dios.
Permita Dios que su poder convertidor se sienta en toda esta gran congregación.  Oh, que el poder de Dios descanse sobre su pueblo.  Lo que necesitamos diariamente es piedad.  También necesitamos escudriñar cada día las Escrituras, y orar fervientemente que el poder del Espíritu Santo nos haga idóneos para ocupar nuestro lugar en su viña.  Ninguno está preparado para educar y fortalecer a la iglesia a menos que haya recibido el don del Espíritu Santo. 
Review and Herald, 29 de marzo de 1892. RP EGW