A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este
misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.
Colosenses 1:27.
A
los que se sienten seguros por causa de sus progresos y se creen ricos en conocimiento espiritual, les cuesta recibir el mensaje [a los laodicenses] que declara que están engañados y necesitan toda gracia espiritual.
El corazón que no
ha sido santificado es engañoso “más
que todas las cosas y perverso”. Jeremías 17:9.
Se me mostró que muchos se ilusionan creyéndose
buenos cristianos, aunque no tienen un solo rayo de la luz de Jesús. No tienen una viva experiencia personal en la vida divina. Necesitan humillarse profunda
y cabalmente delante de Dios antes de sentir su
verdadera necesidad de realizar esfuerzos fervientes y perseverantes para obtener los preciosos dones del Espíritu.
Dios conduce a su pueblo paso a paso. La vida cristiana es una constante batalla y una marcha. No hay descanso de la lucha. Es mediante esfuerzos constantes e
incesantes como nos mantenemos victoriosos sobre las tentaciones de
Satanás. Como pueblo, estamos triunfando en la claridad y fuerza de la verdad. Somos plenamente sostenidos en nuestra posición por una
abrumadora cantidad de claros testimonios bíblicos.
Pero somos muy deficientes en humildad, paciencia, fe, amor, abnegación, vigilancia y
espíritu de sacrificio según la Biblia.
El pecado prevalece entre el pueblo
de Dios. El claro mensaje de reprensión enviado a los laodicenses no es recibido.
Muchos se aferran a sus dudas y
pecados predilectos, a la par que están tan engañados que hablan y sienten como si nada necesitasen. Piensan que es innecesario el testimonio de reproche del Espíritu de Dios, o que no se refiere a ellos.
Los tales se hallan en la mayor
necesidad de la gracia de Dios y de discernimiento espiritual para poder descubrir su
falta de conocimiento espiritual.
Les falta casi toda cualidad necesaria
para perfeccionar un carácter cristiano. No tienen el conocimiento práctico de la verdad bíblica que
induce a la humildad en la vida y a conformar la voluntad a la de Cristo. No viven obedeciendo todos los requerimientos de Dios.
No es
suficiente el simple hecho de profesar creer la verdad. Todos los soldados de la cruz de Cristo se obligan virtualmente a entrar en
la cruzada contra el adversario de las almas, a condenar lo malo y sostener la justicia.
Pero el mensaje del Testigo Fiel revela el hecho de que nuestro pueblo está sumido en un terrible engaño, que impone la necesidad de amonestarlo para que interrumpa su sueño espiritual y se levante a cumplir una acción decidida. Joyas de los Testimonios 1:328,329. [203]
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