Otra Carta*
"Wellington, Nueva Zelandia, 11 de junio de 1893.
"Apreciado Hno. C.:
"El Señor no le ha dado un mensaje para proclamar que los adventistas del séptimo día son Babilonia, e invitar al pueblo de Dios a que salga de ella. Todas las razones que usted puede presentar no tienen ningún peso para mí en este aspecto; porque el Señor me ha dado definida luz que se opone a un mensaje tal.
"No dudo de su sinceridad y su honestidad. He escrito largas cartas en diferentes ocasiones a los que estaban acusando de ser 96 Babilonia a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, para decirles que no estaban diciendo la verdad. Usted piensa que algunos individuos han llenado de prejuicios mi mente. Si estuviera en esa condición, no se me podría confiar la obra de Dios. Pero en otros casos, se me ha llamado la atención sobre este asunto cuando algunos individuos han pretendido tener mensajes para la Iglesia Adventista del Séptimo Día, de carácter similar, y se me ha dado este mensaje: 'No les creáis'. 'No los envié, y aun así ellos corrieron".
"Dios está dirigiendo un pueblo. Tiene un pueblo escogido, una iglesia en la tierra, a la que ha hecho depositaria de su ley. Le ha confiado un cometido sagrado y una verdad eterna para que sea comunicada al mundo. El la amonestará y la corregirá. El mensaje a los laodicenses se aplica a los adventistas del séptimo día que tienen gran luz y no han andado en la luz. Los que han hecho una gran profesión de fe, pero no se han mantenido al paso de su Líder, serán vomitados de su boca a menos que se arrepientan. El mensaje que declara que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es Babilonia, e invita al pueblo de Dios a salir de ella, no proviene de ningún mensajero 97 celestial, ni de ningún agente humano inspirado por el Espíritu de Dios.
"El Testigo Fiel dice: 'Yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono".
Apocalipsis 3:18-21.
YO REPRENDO Y CASTIGO
"Jesús viene para dar a cada miembro de la iglesia las más ricas bendiciones, si le abren la puerta. Ni una sola vez dice que son Babilonia ni les pide que salgan de ella. En cambio les dice: 'Yo reprendo y castigo a todos los que amo' (con mensajes de reprensión y advertencia). No desconozco esos mensajes. He dado advertencias porque el Espíritu del Señor me ha constreñido a hacerlo, y he dirigido reprensiones porque el Señor me ha dado palabras de reproche. No me he negado a declarar todo el consejo 98 de Dios que se me ha dado para la iglesia. Debo decir en el temor y el amor de Dios que reconozco que el Señor tiene pensamientos de amor y misericordia para restaurar y sanar a todos los que se apartan. Tiene una obra que quiere que su iglesia lleve a cabo. No se la debe llamar Babilonia, sino que debe ser como la sal de la tierra, como la luz del mundo. Sus miembros han de ser mensajeros vivientes, para proclamar un mensaje viviente en estos últimos días.
LA IGLESIA NO SERÁ QUEBRANTADA
"Otra vez digo: El Señor no ha hablado por intermedio de ningún mensajero que llame Babilonia a la iglesia que guarda los mandamientos de Dios. Es cierto, hay cizaña entre el trigo; pero Cristo dijo que él enviaría a sus ángeles para juntar primero la cizaña y atarla en manojos con el fin de quemarla, pero reuniría el trigo en su granero. Yo sé que el Señor ama a su iglesia. No ha de ser desorganizada ni desmenuzada en átomos independientes. No hay la menor consistencia en esto; no hay la menor evidencia de que tal cosa vaya a ocurrir jamás. Los que acepten este falso mensaje y traten de contaminar a otros serán engañados y se prepararán para recibir nuevos engaños, y 99 no llegarán a nada. En algunos miembros de iglesia hay orgullo, autosuficiencia, incredulidad empecinada, y mala disposición para abandonar sus ideas, aunque se acumulen las evidencias de que el mensaje a la iglesia de Laodicea es para ellos. Pero esto no producirá la desaparición de la iglesia. Dejemos que la cizaña y el trigo crezcan juntos hasta la cosecha. Entonces los ángeles harán la obra de separación.
"Amonesto a la Iglesia Adventista del Séptimo Día a que sea cuidadosa en la forma como recibe cada nueva idea y a los que pretenden tener gran luz. La característica de su obra parece ser acusar y destruir. Escuchen los creyentes la voz del ángel que ha dicho a la iglesia: 'Avanzad juntos'. En la unidad está nuestra fortaleza. Amaos como hermanos, sed misericordiosos, sed corteses. Dios tiene una iglesia, y Cristo ha declarado que 'las puertas del infierno no prevalecerán contra ella'. Los mensajeros que el Señor envía llevan las credenciales divinas"
(Review and Herald, 19 de septiembre de 1893). 101
(Review and Herald, 19 de septiembre de 1893). 101
No hay comentarios:
Publicar un comentario