miércoles, 13 de junio de 2018

FE Y OBRAS (EGW). 01. ELENA G. DE WHITE CLARIFICA LOS TEMAS: "IDEAS CONFUSAS ACERCA DE LA SALVACIÓN".


¿Es posible que no entendamos que lo más costoso en el mundo es el pecado? 

Su costo es la pureza de conciencia, que se pierda el favor de Dios y que el alma se separe de Él, y finalmente la pérdida del cielo. El pecado de ofender al Santo Espíritu de Dios y de caminar en oposición a Él ha costado a demasiados la pérdida de su alma. 

¿Quién puede medir las responsabilidades de la influencia de cada agente humano a quien nuestro Redentor ha comprado mediante el sacrificio de su propia vida? ¡Qué escena se presentará cuando el juicio comience y los libros sean abiertos para testificar acerca de la salvación o la perdición de cada alma! 

Se requerirá la infalible decisión de Uno que ha vivido en humanidad, amado a la humanidad, dado su vida por la humanidad, para hacer la adjudicación final de las recompensas de los justos leales y el castigo de los desobedientes, los desleales e inicuos. Al Hijo de Dios se le confía la definitiva calificación de la conducta y la responsabilidad de cada individuo. Para los que han sido partícipes de los pecados de otros hombres y han actuado contra la decisión de Dios, ha de ser una escena de la más terrible solemnidad. 

Una y otra vez me ha sido presentado el peligro de abrigar, como pueblo, ideas falsas sobre la justificación por la fe. Por años se me ha mostrado que Satanás trabajaría de una manera especial para confundir las mentes en este punto. 
La ley de Dios ha sido ampliamente tratada y presentada a las congregaciones casi tan desprovista del conocimiento de Cristo Jesús y su relación con la ley como la ofrenda de Caín. Se me ha mostrado que muchos no han llegado a la fe por causa de ideas mezcladas y confusas acerca de la salvación, porque los ministros han trabajado de una manera errónea para alcanzar los 16 corazones. 

El punto que ha sido impreso por años en mi mente es la justicia imputada de Cristo. Me asombra que éste no se haya convertido en el tema de disertación en nuestras iglesias por todo el territorio, cuando de manera tan constante me ha sido presentado con insistencia, y lo he hecho el tema de casi cada discurso y plática que he dado a la gente. 
Al examinar mis escritos de hace quince y veinte años [hallo que] presentan el tema en la misma luz: que a quienes entran en la solemne y sagrada tarea del ministerio se los debería preparar, en primer lugar, con lecciones sobre las enseñanzas de Cristo y los apóstoles acerca de los principios vivientes de la piedad práctica. Deben ser instruidos en cuanto a qué constituye la fe ferviente y viva. EGW FO MHP

FE Y OBRAS (EGW). 01. ELENA G. DE WHITE CLARIFICA LOS TEMAS: "FE E INCREDULIDAD"


 ¿Cuánto creemos de corazón?
 Alléguense a Dios, y Dios se allegará a ustedes.
 Esto significa estar mucho con el Señor en oración. 

 Cuando los que se han ejercitado a sí mismos en el escepticismo y han acariciado la incredulidad, tejiendo dudas en su experiencia, son convencidas por el Espíritu de Dios, comprenden que es su deber personal confesar su incredulidad. Abren sus corazones para aceptar la luz que se les ha enviado y cruzan por fe la línea que separa al pecado de la rectitud y a la duda de la fe.

 Se consagran sin reservas a Dios, para seguir la luz de El en lugar de las chispas de su propia llama. Al mantener su consagración, percibirá mayor luz y la luz aumentará más y más en brillo casta que el día sea perfecto. 

La incredulidad que se acaricia en el alma tiene un poder hechizante. Las semillas de duda que han estado sembrando producirán su fruto, pero deben continuar desenterrando toda raíz, de incredulidad.

 Cuando estas plantas venenosas son arrancadas, dejan de crecer por falta de alimento en palabra y acción. El alma necesita que las preciosas plantas de la fe y el amor sean plantadas en el terreno del corazón y se entronicen allí. EGW FO MHP

lunes, 11 de junio de 2018

FE Y OBRAS (EGW). 01. ELENA G. DE WHITE CLARIFICA LOS TEMAS*


Manuscrito general escrito en 1890 cuando se celebraba las asambleas ministeriales en Battle Creek, archivado como Manuscrito 36 de 1890. Y publicado en la Review and Herald el 24 de febrero y el 3 de marzo de 1977. 

 Esta vital exposición clarificadora constituye una introducción apropiada para las presentaciones que se publican a continuación, ordenadas en secuencia cronológica. 

Dijo el apóstol Pablo: "¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios?... Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios" (1 Cor. 6: 9-11).

 La ausencia de devoción, piedad y santificación del hombre externo viene por la negación de Cristo Jesús nuestra justicia. 
 El amor de Dios necesita ser constantemente cultivado... 

Mientras una clase pervierte la doctrina de la justificación por la fe y deja de cumplir con las condiciones formuladas en la Palabra de Dios -"Si me amáis, guardad mis mandamientos"-, igualmente cometen un error semejante los que pretenden creer y obedecer los mandamientos de Dios pero se colocan en oposición a los preciosos rayos de luz -nuevos para ellos - que se reflejan de la cruz del Calvario. 

 La primera clase no ve las cosas maravillosas que tiene la ley de Dios para todos los que son hacedores de su Palabra. Los otros cavilan sobre trivialidades y descuidan las cuestiones de más peso - la misericordia y el amor de Dios. 

Muchos han perdido demasiado por no haber abierto los ojos de su entendimiento para discernir 13 las cosas asombrosas de la ley de Dios. Por un lado, los religiosos extremistas en general han divorciado la Ley del Evangelio, mientras nosotros, por el otro lado, casi hemos hecho lo mismo desde otro punto de vista.

 No hemos levantado delante de la gente la justicia de Cristo y el pleno significado de su gran plan de redención. Hemos dejado a un lado a Cristo y su incomparable amor, introducido teorías y razonamientos, y predicando discursos argumentativos. 

Hombres inconversos han ocupado los púlpitos para sermonear. Sus propios corazones nunca han experimentado, mediante una fe viva, persistente y confiada, la dulce evidencia del perdón de sus pecados.

 ¿Cómo pueden, entonces, predicar el amor, 
la simpatía, el perdón. divino de todos los pecados? 
¿Cómo pueden decir: "Mira y vive"? 

 Al contemplar la cruz del Calvario, ustedes tendrán el deseo de cargar la cruz. El Redentor del mundo fue suspendido de la cruz del Calvario. Miren al Salvador del mundo, en quien habitaba toda la plenitud de la Divinidad corporalmente.

 ¿Puede alguien contemplar el sacrificio del amado Hijo de Dios sin que su corazón se ablande y quebrante, listo para rendir a Dios el corazón y el alma?

 Quede este punto completamente aclarado en cada mente: Si aceptamos a Cristo como Redentor, debemos aceptarlo como Soberano. 

No podemos tener la seguridad y perfecta confianza en Cristo como nuestro Salvador hasta que lo reconozcamos como nuestro Rey y seamos obedientes a sus mandamientos. 

 Así demostramos nuestra lealtad a Dios. Entonces nuestra fe sonará genuina, porque es una fe que obra. Obra por amor. 

Digan de corazón: "Señor, creo que tú moriste para redimir mi alma. Si tú le has dado tal valor al alma como para ofrecer tu vida por la mía, yo voy a responder. Entrego mi vida y todas 14 sus posibilidades, con toda mi debilidad, a tu cuidado". La voluntad debe ser puesta en completa armonía con la voluntad de Dios.

 Cuando se ha hecho esto, ningún rayo de luz que brille en el corazón y en las cámaras de la mente será resistido. El alma no será obstruido con prejuicios que lleven a llamar tinieblas a la luz, y luz a las tinieblas. La luz del cielo es bien recibida, como una luz que llena todos los recintos del alma. Esto es entonar melodías a Dios. EGW FO MHP 

FE Y OBRAS (Sermones Y Artículos) POR ELENA G. DE WHITE


 Diecinueve presentaciones hechas entre 1881 y 1902 en orden cronológico. "La fe y las obras van de la mano; actúan armoniosamente en la empresa de alcanzar la victoria" 
(Signs of the Times, 16 de junio de 1890). 

 "La justicia por la cual somos justificados es imputada; la justicia por la cual somos santificados es impartida. La primera es nuestro derecho al cielo; la segunda, nuestra idoneidad para el cielo" (Review and Herald, 4 de junio de 1895). 

 PREFACIO
 Con el sostenido interés en las grandes verdades vitales de la justificación por la fe y la santificación, puede ser apropiado prestar atención adicional a la forma como la mensajera del Señor las expuso a lo largo de los años. A fin de ofrecer este panorama de sus enseñanzas, los Fideicomisarios del Patrimonio White han reunido aquí 18 lecturas, que comienzan en 1881 y se extienden hasta 1902, dispuestas meramente en orden cronológico. 

 Sus sermones y artículos consistentemente delinean las verdades básicas de la salvación como se formulan en la Ley y el Evangelio los publicados en la Review and Herald para la Iglesia, y los de Signs of the Times apropiados, al mismo tiempo, para el mundo. Como introducción a los diversos artículos seleccionados, se incluye tina declaración decisiva archivada como Manuscrito 36 de 1890, que fue escrita en el crítico período que siguió a las sesiones de la Asociación General celebradas en 1888, cuando, como ella lo describió en otra parte, el pueblo adventista estaba en "gran peligro de adoptar posiciones falsas" sobre "fe y obras" (Ms 23, 1891). 

 En un manuscrito sin título de 1890, ella estableció en términos inequívocos los pilares para la clarificación de los temas en consideración. Si bien Elena de White con frecuencia recorre los mismos senderos al tratar en diferentes momentos estas verdades vitales, se obtienen valiosas ideas leyendo sus sermones, artículos y manuscritos en su orden natural. Cada uno constituye una presentación equilibrada de la materia, pero a menudo con un énfasis distintivo.

 Muchas de las lecturas aparecen completas, mientras que otras, por razones de espacio, 8 fueron acortadas para incluir sólo la parte - generalmente, la mayor parte - relacionada con la fe y las obras. Los subtítulos, y en una cantidad de casos los títulos de capítulos, han sido añadidos por los compiladores. Estos no han intentado ser exhaustivos. Los libros de la Sra. White y muchos de sus sermones y artículos versan sobre estas verdades vitales. 

 Cualquiera que examine estas lecturas comprenderá claramente la importancia que este tema tiene para cada cristiano. También observará la posición coherente de quien fue especialmente guiada por el Señor para anunciar las verdades expuestas en los artículos que se publican a continuación. 

El plan para la salvación de la humanidad perdida se basa en la aceptación por parte del hombre, solamente por fe, de la muerte sustitutiva de Cristo. 

 Esta lección fue enseñada junto al portal del Edén, cuando Adán y sus descendientes mataron el cordero del sacrificio. Fue enseñada en el desierto, cuando Moisés levantó la serpiente de bronce y la gente con el veneno de las ponzoñosas serpientes en sus venas fue sanada al mirar con fe el símbolo salvador. Fue enseñada mediante el sistema de sacrificios dado a Israel. Fue enseñada por profetas y apóstoles. 

 Una y otra vez se nos enseña que la salvación es por gracia mediante la fe, y al mismo tiempo se nos lleva a comprender que: La verdadera fe, mientras confía plenamente en Cristo para la salvación, conducirá a una perfecta conformidad con la ley de Dios.  
La fe se manifiesta por las obras (Review and Herald, 5 de octubre de 1886). Este mensaje equilibrado se observará en estos materiales, seleccionados en cierto modo al azar. 9 

A lo largo de las edades, y comenzando con Caín, el gran adversario se ha opuesto a la benévola provisión de Dios induciendo a los habitantes de la tierra a aceptar la proposición de que el hombre, que se convirtió en pecador por la violación de la ley de Dios, debe hacer méritos y ganar la salvación por sus propios actos, ya sea mortificando su cuerpo, sacrificando sus hijos a algún dios creado con sus propias manos, peregrinando a lugares tenidos por sagrados, cumpliendo penitencias, depositando dinero en las arcas de la iglesia, o simplemente por sí mismo mediante sus denodados esfuerzos en procura de vivir una vida buena y virtuosa.

 La sencilla experiencia de aceptar la salvación por fe a muchos les parece demasiado fácil, e incontables personas que pretenden ser seguidoras de Cristo virtualmente toman la posición de que la salvación es en parte por fe en la muerte de Cristo en el Calvario y en parte por el esfuerzo humano. 

Cuando los primeros adventistas del séptimo día entendieron las demandas de la inmutable ley de Dios, surgieron amenazadoras tendencias legalistas, y por un tiempo produjeron indeseables frutos en la experiencia de muchos. Pero el conocimiento de la ley de Dios lleva a abandonar el pecado y a vivir una vida pía y santificada. Este es el contexto de estas lecturas sobre fe y obras - lecturas sobre la Ley y el Evangelio. 

Casi a la mitad de las dos décadas representadas en este librito, se celebró en Minneapolis, Minnesota, el Congreso de 1888 de la Asociación General, precedido por una asamblea ministerial. En estas reuniones se pusieron de relieve las verdades básicas de la justificación por la fe. Elena de White las describió como un reavivamiento de verdades que en gran medida se habían perdido de vista. En el congreso ella no disertó sobre el tema. 

 La carga de sus discursos 10 fue que los asistentes debían mantener sus corazones abiertos para recibir luz de la Palabra de Dios como era presentada por los pastores E. J. Waggoner y A. T. Jones. La acogida que tuvo este nuevo énfasis fue variada. Algunos de los oyentes lo aceptaron gozosa y plenamente, y otros tomaron una posición neutral. Algunos lo rechazaron. 

 Los registros muestran claramente que muchos salieron de ese congreso llevando consigo una experiencia nueva y gloriosa en Cristo Jesús. 

Mediante sermones predicados en las iglesias después de este congreso, incluyendo muchos de Elena de White, y por medio de artículos de su pluma, los adventistas en general fueron guiados a una más clara comprensión y aceptación de la justificación por la fe. Muchos que al principio rechazaron el concepto presentado en Minneapolis, fueron llevados a aceptarlo. 

Las verdades básicas que entraña la doctrina de la justificación por la fe son tan sencillas que no se necesita un libro exhaustivo de E. G. de White para exponerlas. El tema tiñe muchos de sus libros, con ilustraciones escogidas que afloran acá y allá. 

 Ella publicó en 1893 un folleto titulado Justificados por fe. Aparece en la sección de cincuenta páginas de Mensajes selectos, tomo 1, que lleva por título "Cristo, nuestra justicia". Recomendamos la lectura de la sección entera. 

La experiencia de vivir al abrigo de la aceptación de la justicia de Cristo puede disfrutarse hoy y perderse mañana por negligencia o presunción. Es una experiencia personal de simple aceptación y confianza, y puede ser un poco frágil. Puede hacerse borrosa por disputas sobre menudos puntos teológicos. 

 Elena de White observó: Muchos cometen el error de tratar de definir minuciosamente los detalles que distinguen a la justificación 11 de la santificación. En las definiciones de estos dos términos con frecuencia introducen sus propias ideas y especulaciones. 

¿Por qué tratar de ser más minuciosos que la Inspiración en la cuestión vital de la justificación por la fe? ¿Por qué tratar de resolver cada detalle, como si la salvación del alma dependiera de que todos entendiesen esta materia exactamente de la misma manera? No todos pueden tener el mismo punto de vista (Manuscrito 21, 1891; también en el Seventh day Adventist Bible Commentary [ Comentario bíblico adventista del séptimo día ], t. 6, pág. 1072). 

Que los diversos enfoques de las verdades aquí presentadas por la mensajera del Señor mantengan el tema vital de la justificación por la fe en forma clara, equilibrada y sencilla, es el anhelo de los editores y los Fideicomisarios del Patrimonio White Washington, D.C., 7 de diciembre de 1978    12